El lugar de la ayahuasca en las prácticas curativas de los mestizos e indígenas peruanos apareció ampliamente en el trabajo de Marlene Dobkin de Rios como antropóloga médica y psicoterapeuta transcultural.
¿Qué les falta a nuestros movimientos actuales que tuvo el movimiento psicodélico de los años 60 y 70? Kathleen Harrison dice que es esperanza.
Nina Graboi fue una pionera exploradora psicodélica en el período de posguerra, que rechazó el rol asignado de ama de casa sometida. El ensayo de Chris Elcock relata la notable vida de Graboi, desde su temprana amistad con Timothy Leary y su inmersión en la incipiente escena psicodélica de la ciudad de Nueva York, hasta su liderazgo en el radical Centro de la Liga del Descubrimiento Espiritual (Center of the League of Spiritual Discovery).
Esta colección de ensayos cortos examinará el lugar de la mujer en la historia de los psicodélicos. Si bien algunas de las protagonistas de este libro son claramente pioneras por derecho propio, los autores de esta colección van más allá de simplemente agregar mujeres al pasado para también explorar algunas de las formas más significativas en que las mujeres han contribuido al conocimiento psicodélico.
Laura Archera Huxley, la segunda esposa de Aldous, quien, como María, ocupa un lugar importante en la historia psicodélica moderna. Mucho antes de descifrar el deseo garabateado de su esposo moribundo de que le inyectaran LSD, Laura era su confidente psicodélica y compañera de experimentos. Tras la muerte de Aldous en 1963, Andrea describe la continua prominencia de Laura en el desarrollo de la cultura psicodélica estadounidense.
Para algunos, Rosemary era la esbelta y bella esposa de Timothy Leary, quien a menudo aparecía a su lado durante las entrevistas para la prensa; para otros, es un ícono de la moda cuya influencia fue elogiada recientemente en la revista Vogue. Para la comunidad psicodélica y la contracultura, es una figura heroica en la Guerra contra las Drogas que se aferró a sus principios y se negó rotundamente a dar nombres a las autoridades federales.
Nueva York fue el cimiento que alimentó la curiosidad de Yvonne; la llevó a los nodos de producción artística en Manhattan y luego al Área de la Bahía de San Francisco donde conoció a su compañero de vida, Juan, y continuó la experiencia de vincular estados alterados con compromisos cada vez más profundos con el arte.
Al comienzo de sus memorias, Rosemary escribe: “Recuperé mi libertad y ahora puedo contar mi historia”. La verdad es que Rosemary nunca pudo escribir completamente su historia porque el miedo a la autoincriminación se cernía sobre su cabeza como una espada de Damocles. Aunque era “legalmente” libre para escribir su historia, siempre estuvo agobiada por el peso del pasado.
Según el parapsicólogo Stanley Krippner, Lauretta Bender se retiró a propósito de los debates en torno al LSD para protegerse y preservar su reputación como médica, aunque en privado estaba muy entusiasmada con los psicodélicos; de manera reveladora, había leído The Doors of Perception de Huxley y usaba la palabra psicodélico en 1966.
Contextualizar a Betty Eisner dentro de estas dinámicas de poder estructural nos anima a pensar más allá de sus triunfos y tragedias personales, desafiar la noción común de que los psicodélicos fueron promovidos por los científicos renegados y, en cambio, explorar cómo se construyeron los psicodélicos en diálogo con una serie de normas sociales.
La historia de Valentina nos recuerda que nunca sabes a dónde te llevarán tus pasiones, o a dónde llevarán a los demás. Valentina Wasson pasó su infancia en Rusia amando las setas y alimentó ese amor a lo largo de su vida. En esencia, es esa pasión infantil simple y sincera que cambió el mundo para todos nosotros.
Al tratar con pueblos y cosmovisiones que viven y piensan las relaciones de género tan estrechamente asociadas a la música, nos encontramos con la invitación a reformular las atribuciones sociales de roles, poder y prestigio que se sustentan en una amplia red de prácticas culturales asociadas a lo femenino y lo masculino, a favor de una perspectiva decolonial y latinoamericana de la música y el cuerpo requieren una mirada más profunda.
A continuación, se presenta una entrevista con la Dra. Mercedes de la Garza, profesora emérita de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien es una de las investigadoras más reconocidas en el campo del chamanismo y de los usos rituales de plantas y hongos con propiedades psicoactivas en México y Latinoamérica. Sus investigaciones constituyen una de las más valiosas aportaciones debido a su metodología y al estudio de fuentes primarias como textos epigráficos, códices, esculturas y manuscritos, junto con trabajos etnográficos y entrevistas.