Nina Graboi fue una pionera exploradora psicodélica en el período de posguerra, que rechazó el rol asignado de ama de casa sometida. El ensayo de Chris Elcock relata la notable vida de Graboi, desde su temprana amistad con Timothy Leary y su inmersión en la incipiente escena psicodélica de la ciudad de Nueva York, hasta su liderazgo en el radical Centro de la Liga del Descubrimiento Espiritual (Center of the League of Spiritual Discovery).
Dentro del espectro de chamanes y participantes, es la coincidencia de chamanes que ven a las mujeres como presas fáciles que idealizan a los chamanes, lo que exacerba la tendencia a la seducción dentro de los contextos rituales.
A lo largo de la historia de la civilización occidental, las mujeres han vivido con todo tipo de violencia e intervenciones. A pesar de ello, han seguido y siguen resistiendo, y el ejemplo del arte de dar a luz en la religión del Santo Daime muestra el poder y la luminosidad de las mujeres unidas en colectividad.
El retrato de Stacy Schaefer de la Sra. Amada Cárdenas del sur de Texas, representa a una mujer extraordinaria que lleva adelante el legado peyotero de su familia, como comerciante de peyote. La extraordinaria compasión y el respeto inspirador de Amada por el peyote y su poder curativo único la llevaron a abrir su hogar, Jardines de Peyote (Peyote Gardens), a cualquiera que busque la ayuda del cactus.
El trabajo de Roquet resulta vanguardista aún en nuestros tiempos, ya que integró gran parte del conocimiento tradicional indígena sobre el uso de estas plantas, con disciplinas occidentales tales como el psicoanálisis o la eurofarmacología, llegando a conocer y colaborar con varios de los investigadores y personajes clave de la época,
Laura Archera Huxley, la segunda esposa de Aldous, quien, como María, ocupa un lugar importante en la historia psicodélica moderna. Mucho antes de descifrar el deseo garabateado de su esposo moribundo de que le inyectaran LSD, Laura era su confidente psicodélica y compañera de experimentos. Tras la muerte de Aldous en 1963, Andrea describe la continua prominencia de Laura en el desarrollo de la cultura psicodélica estadounidense.
Para algunos, Rosemary era la esbelta y bella esposa de Timothy Leary, quien a menudo aparecía a su lado durante las entrevistas para la prensa; para otros, es un ícono de la moda cuya influencia fue elogiada recientemente en la revista Vogue. Para la comunidad psicodélica y la contracultura, es una figura heroica en la Guerra contra las Drogas que se aferró a sus principios y se negó rotundamente a dar nombres a las autoridades federales.
Nueva York fue el cimiento que alimentó la curiosidad de Yvonne; la llevó a los nodos de producción artística en Manhattan y luego al Área de la Bahía de San Francisco donde conoció a su compañero de vida, Juan, y continuó la experiencia de vincular estados alterados con compromisos cada vez más profundos con el arte.
En algunas culturas indígenas, las “personas de dos espíritus” que no manifiestan las características tradicionales de género tienen roles espirituales especiales como curanderos, practicantes de magia y líderes ceremoniales. Desde esta perspectiva, lo queer no es una anomalía, sino una manifestación de la variedad humana con su propio sabor a medicina espiritual.
Al comienzo de sus memorias, Rosemary escribe: “Recuperé mi libertad y ahora puedo contar mi historia”. La verdad es que Rosemary nunca pudo escribir completamente su historia porque el miedo a la autoincriminación se cernía sobre su cabeza como una espada de Damocles. Aunque era “legalmente” libre para escribir su historia, siempre estuvo agobiada por el peso del pasado.
Artículo sobre la vida de Raimundo Irineu Serra, fundador de Santo Daime. Un brasileño negro que marcó la diferencia en la historia de la ayahuasca en Brasil y en el mundo.
Estamos en medio de una guerra territorial psicodélica. Con la medicina psicodélica en la cúspide de convertirse en mainstream, un número cada vez mayor de jugadores compiten por el control de la narrativa. Desde médicos e inversores hasta grupos y activistas indígenas, se debate si los psicodélicos son herramientas espirituales, nuevas drogas psiquiátricas, medicinas para el cambio social o todo lo anterior. Esta batalla por el control no solo es innecesaria, sino que nos ciega a una oportunidad única.
Según el parapsicólogo Stanley Krippner, Lauretta Bender se retiró a propósito de los debates en torno al LSD para protegerse y preservar su reputación como médica, aunque en privado estaba muy entusiasmada con los psicodélicos; de manera reveladora, había leído The Doors of Perception de Huxley y usaba la palabra psicodélico en 1966.