Escritora e editora freelance. Desde 2018, Jasmine tem trabalhado para a editora independente Synergetic Press. Ela também escreve para o Chacruna, o Psychedelics Today, e o Lucid News.
Escritora y editora freelance. Desde 2018, Jasmine ha trabajado para la editorial independiente Synergetic Press. También escribe para Chacruna, Psychedelics Today y Lucid News.
Oriana Mayorga frequenta o Seminário Teológico União na Universidade de Columbia, faz parte da diretoria das organizações Faith in Harm Reduction e Students for Sensible Drug Policy (SSDP), e se dedica à desconstrução da opressão estrutural.
Oriana Mayorga asiste al Union Theological Seminary de la Universidad de Columbia, forma parte de los consejos de Faith in Harm Reduction y Students for Sensible Drug Policy (SSDP), y se dedica a deconstruir la opresión estructural.
A medida que profundizamos en el movimiento psicodélico, y sustancias como la MDMA y la psilocibina están cada vez más cerca de convertirse en medicamentos aprobados por la FDA (agencia reguladora de alimentos y medicamentos de los Estados Unidos), los modelos de investigación clínica y los paradigmas de terapia asistida con psicodélicos dejan mucho que desear cuando se trata de comprender los aspectos espirituales y religiosos de las experiencias psicodélicas. En este momento, son los capellanes quienes están dando un paso al frente para llenar el vacío dejado por los modelos médicos y psicológicos, creando un espacio para apoyar compasivamente a los individuos en sus desafíos espirituales y existenciales catalizados por los psicodélicos.
¿Qué es la capellanía psicodélica?
La verdad es que muchas personas no entienden el significado del término “capellanía”, aun cuando la demanda de capellanes ha aumentado en los últimos años. Históricamente, la capellanía tiene raíces en las tradiciones cristiana y protestante, y el término “capellán” se usaba para referirse a un miembro del clero que atendía una capilla. Sin embargo, los capellanes se han diversificado y ahora hay practicantes budistas, judíos, musulmanes, e incluso quienes no denominan su fe, así como ateos y quienes profesan múltiples credos religiosos.
En una era dual, secular y plural, el ámbito de actuación de los capellanes no se limita estrictamente a las iglesias; ellos son conocidos por atender a personas en instituciones privadas, el ejército, en hospitales, hospicios, prisiones, universidades y otros. A menudo los capellanes están profundamente involucrados en el apoyo durante el nacimiento, en el cuidado a enfermos terminales y en otros momentos en los que, de forma natural, se producen estados no ordinarios de conciencia, proporcionando cuidados espirituales, pastorales, religiosos y éticos en instituciones seculares. Tanto si se trata de una pequeña crisis en torno a la incertidumbre o el cambio producido por tener un hijo o casarse, o una crisis mayor, como el duelo por la pérdida de un ser querido o recibir el diagnóstico de una enfermedad terminal, los capellanes están entrenados para ayudar a las personas a afrontar una variedad de crisis existenciales.
El término “capellán” algunas veces se utiliza indistintamente para referir al “proveedor de cuidados espirituales” o al “profesional de cuidados espirituales”. Al igual que los terapeutas, en Estados Unidos los capellanes profesionales, o los proveedores de cuidados espirituales, suelen necesitar una maestría en educación teológica, un año de dedicación exclusiva al entrenamiento clínico supervisado y, en ocasiones, la ordenación eclesiástica, para obtener la certificación por parte del comité. Además de las cualificaciones académicas, normalmente los capellanes necesitan la aprobación de su grupo religioso o espiritual, lo que añade otro nivel de responsabilidad en su práctica profesional hacia la comunidad a la que pertenece.
De acuerdo con Rachel Petersen, investigadora visitante en la Harvard Divinity School, Directora de Programas de la Fundación Riverstyx y proveedora de cuidados espirituales en formación, “la capellanía psicodélica se refiere a personas certificadas que brindan atención espiritual y apoyo ético para crear significado a quienes reciben terapias psicodélicas”. Aun así, algunos profesionales del campo psicodélico nos recuerdan que la capellanía psicodélica también puede referirse a los capellanes que trabajan con personas que reciben tratamientos psicodélicos que no necesariamente se clasifican como “terapia”.
Todo indica que el término “capellán psicodélico” fue introducido a principios de este año (2022) en un debate promovido por el Centro para el Estudio de las Religiones del Mundo de la Universidad de Harvard, en donde se exploró el posible rol de los cuidadores espirituales y los capellanes como apoyo para los individuos en la preparación, el tránsito y la integración de sus experiencias psicodélicas. Rachel Petersen abrió la discusión con una potente pregunta: “Cuando se trata de estas terapias ¿necesitamos a personas que puedan administrar las drogas o a personas que atiendan las almas?
La verdad es que no hay una respuesta inequívoca para esta pregunta porque los psicodélicos habitan un terreno extraño y novedoso que se resiste a una categorización precisa. ¿Los psicodélicos son sagrados sacramentos que inducen experiencias místicas y religiosas? ¿O son medicamentos psicoterapéuticos revolucionarios que ayudan a tratar enfermedades mentales? ¿Y qué significa que los psicodélicos sean ambas cosas?
La necesidad de una capellanía psicodélica se reduce, en primer lugar, a preguntas sobre qué son los psicodélicos. Como en gran medida los psicodélicos han sido reabsorbidos por el Norte Global, gracias a la estructura de la ciencia y la psicoterapia, se les considera herramientas psicoterapéuticas que alivian los síntomas de diversos trastornos mentales como la depresión, ansiedad y adicciones, permitiendo la emergencia de nuevas perspectivas. Sin embargo, este paradigma de pensamiento corre el riesgo de reducir la cura psicodélica a las interacciones neuronales.
En contraste con el paradigma clínico, los modelos de atención espiritual y capellanía se preocupan menos por la reducción de los síntomas o el tratamiento. En lugar de patologizar la experiencia individual, ellos se enfocan en cuestiones existenciales y en la atribución de sentido, aspectos que a veces el punto de vista reduccionista materialista que domina la medicina occidental pasa por alto.
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Medicalizar lo místico
En un artículo escrito para la revista Forbes en 2021, Natan Ponieman exploró si la aplicación de esquemas místicos en el contexto de la medicina psicodélica se estaba convirtiendo en un impedimento para el desarrollo del campo. Ponieman discute específicamente el Cuestionario de Experiencias Místicas que durante mucho tiempo ha sido utilizado por los investigadores -particularmente por los que estudian la psilocibina en la Universidad Johns Hopkins- para evaluar la magnitud de los estados místicos experimentados por los participantes de las investigaciones, con preguntas como ¿usted sintió una sensación de unidad con la realidad última?
Por mucho tiempo se ha pensado que las experiencias místicas inducidas por los psicodélicos generan un sentido personal y un significado espiritual que son la clave del valor curativo de las sustancias psicodélicas. Sin embargo, algunos investigadores están preocupados porque esta combinación de misticismo y ciencia plantea una amenaza a la credibilidad y el potencial de la ciencia psicodélica, sugiriendo que “el uso de la estructura mística de abordaje crea una mentalidad de ‘caja negra’ en la que los investigadores se contentan con tratar ciertos aspectos del estado psicodélico como si estuvieran fuera del alcance de la investigación científica” (Sanders y Zijlmans, 2021).
En una línea semejante, el Dr. Matthew Johnson, investigador psicodélico de la Universidad Johns Hopkins, publicó un artículo científico en el que pedía secularizar la medicina psicodélica, sugiriendo que uno de los mayores riesgos de esta medicina es que los científicos y los médicos pueden imponer sus propios sistemas de creencias religiosas o espirituales sobre sus diseños de investigación y sus clientes, proporcionándoles un marco particular a través del cual interpretar su experiencia. En cambio, Johnson sugiere que los médicos que trabajan con psicodélicos deben ser extremadamente cuidadosos para evitar introducir conceptos místicos que no hayan sido validados por la ciencia empírica, abogando a favor de un enfoque estrictamente secular en el que el participante descifre las interpretaciones religiosas.
Rachel Petersen es una persona que no se sintió respaldada por el paradigma actual de la investigación psicodélica, su interés por la capellanía psicodélica se debió a la falta de orientación espiritual que identificó en su propia experiencia clínica.
“Fui paciente en un ensayo clínico para tratar la depresión en la Universidad Johns Hopkins, y tuve lo que me siento cómoda describiendo como una experiencia de conversión”. Comparte Petersen. “Estaba muy confundida porque pensaba que los psicodélicos sólo iban a curar mi depresión, pero me encontré teniendo una visión completamente diferente de la realidad. Me sentí muy incómoda con el hecho de que un neurocientífico y un psiquiatra me dieran cuestionarios en los que me preguntaban, en una escala del 1 al 10, ¿cuánto sentía que me había encontrado con la realidad última?”, añade.
Para Petersen, la capellanía psicodélica se presenta como una forma de reducción del daño espiritual en el paradigma actual de la investigación psicodélica. “Lo que falta es un enfoque riguroso y fundamentado que ayude a las personas a lidiar con las dudas epistemológicas y ontológicas que pueden surgir, pero que no siempre surgen.”
Sin duda, en su artículo, Johnson identifica un problema importante que muchas personas encuentran en los estados psicodélicos; a saber, su mayor sensibilidad a la sugestión. Como ejemplo, hace referencia a la práctica común de introducir símbolos religiosos en entornos clínicos psicodélicos, como una estatua de Buda, utilizada anteriormente por Johns Hopkins, o listas de reproducción musical seleccionadas que contienen piezas religiosas particularmente asociadas con el cristianismo, y que han sido utilizadas con frecuencia durante las sesiones. Si un cliente tiene una experiencia mística, tales actos sutiles de guía y simbología podrían hacerlo impresionable a otras creencias, influyendo para que asocie sus experiencias con un determinado tipo de simbolismo religioso.
Como una solución para este problema, Johnson propone que los terapeutas profesionales y los investigadores adopten un enfoque secular. Sin embargo, Daan Keiman, Director de Desarrollo de Programas y Productos del Synthesis Institute, capellán psicodélico, budista, y uno de los principales facilitadores de experiencias psicodélicas, nos insta a actuar con cautela, sosteniendo que el secularismo no es una posición existencialmente neutral, y que tales presuposiciones pueden ser perjudiciales para determinados clientes y pacientes.
Más bien, Keiman defiende el desarrollo de lo que él llama “integridad espiritual o existencial” entre los terapeutas e investigadores psicodélicos. En el paradigma de la capellanía psicodélica, esto significa que los proveedores de atención espiritual, tanto los que profesan credos específicos como los que se consideran interreligiosos, deben cultivar la capacidad de apoyar a las personas independientemente de sus compromisos religiosos.
“Necesitaremos contar con muchos profesionales religiosos para ayudar a la gente de sus propias comunidades religiosas, que no quieren alejarse de sus creencias, a entender lo que los psicodélicos significan para ellos”, dice Keiman. “Entre tanto, es importante que el proveedor de atención espiritual respete el hecho de que un cliente pueda tener una experiencia que lo lleve a cuestionar o incluso a alejarse de su tradición. Se necesita tener mucha humildad y apertura para poder hacer eso”.
¿Los capellanes psicodélicos deberían tener experiencias personales con sustancias psicodélicas?
En el campo de la terapia asistida por psicodélicos, ha habido un largo debate sobre si los terapeutas psicodélicos deberían tener experiencias personales con las sustancias psicodélicas o no. Sin embargo, en el contexto de la capellanía psicodélica, se ha sugerido que los capellanes en ejercicio tienen más experiencia con los estados no ordinarios de consciencia que el terapeuta promedio debido a la profundidad de su práctica espiritual, así como por la atención que su trabajo destina a los estados no ordinarios de conciencia que ocurren naturalmente durante el nacimiento, la muerte, la pérdida y el duelo. Más allá de esto, la educación pastoral clínica invita a los profesionales a tener un profundo sentido de conocimiento de sí para poder atender mejor a las personas que cuidan.
Daan Keiman hace una distinción entre las diversas fases de un viaje psicodélico en las que un proveedor de cuidados espirituales podría ofrecer apoyo. Estas son: la preparación, el viaje propiamente dicho y la integración. Keinan sugiere que, en la fase de integración, los capellanes podrían ser útiles para brindar orientación y profundidad en torno a temas espirituales, religiosos y existenciales, sin patologizar ni enmarcar ciertos problemas en una estrecha interpretación psiquiátrica.
“Si un capellán psicodélico quiere trabajar con la preparación o la integración, y tiene una profunda comprensión teórica de cómo son los psicodélicos, no creo que sea necesario que tenga su propia experiencia, aunque es un profundo beneficio si la tiene”, comparte Keiman.
Sin embargo, cuando se trata de guiar a personas a través de experiencias psicodélicas, Keiman cree que se roza la falta de ética si los capellanes y los proveedores de atención espiritual no han tenido esas experiencias. “Si quieres ser un capellán psicodélico que guía a otras personas a través de estas experiencias, es extremadamente importante que tengas tus propias experiencias, y que hayas estudiado con un profesional experto o consolidado”, añade Keiman.
El teólogo guerrillero y terapeuta comunitario Ayize Jama-Everett, maestro en Teología, en Artes y en Bellas Artes, enfatiza el valor de la experiencia psicodélica personal por parte de los capellanes, “Aunque no hay dos experiencias iguales, cuando se trata con lo inefable, un punto de referencia compartido puede ser crucial. Y considerando que no todos los compuestos que alteran la consciencia son ilegales, parece incongruente con las buenas prácticas que el capellán no se involucre también con este trabajo sagrado”.
Así pues, hay innumerables formas en las que uno puede llegar a experimentar estados no ordinarios de consciencia que no involucran el uso de psicodélicos, incluyendo la oración, la privación sensorial, la cabaña de sudor, la meditación y la respiración.
Sin duda, los capellanes que ya han experimentado con psicodélicos podrán agregar otro nivel de riqueza a la experiencia del cliente. Sin embargo, algunos dudan en sugerir que esta experiencia sea un requisito para los capellanes psicodélicos. Un posible obstáculo para los capellanes que deseen tener experiencias psicodélicas reside en sus comunidades religiosas específicas, ya que muchas de ellas mantienen profundos tabúes y preceptos en torno a las sustancias tóxicas que alteran la mente, lo que dificulta que los capellanes tengan experiencias con psicodélicos y plantas medicinales para fines de entrenamiento.
Existen ciertas barreras para los capellanes procedentes de tradiciones institucionalizadas que deseen tener experiencias psicodélicas personales. El cristianismo, el budismo y el islamismo disponen de fuertes códigos éticos y morales y prohibiciones en contra de embriagarse con sustancias psicoactivas. Del mismo modo, existe un enorme tabú dentro de la ciencia en torno a la espiritualidad y la religión. Por lo tanto, si queremos promover activamente el diálogo sobre la capellanía psicodélica, tenemos que trabajar para aumentar la alfabetización religiosa dentro de la comunidad psicodélica, al mismo tiempo que trabajamos para aumentar la alfabetización psicodélica dentro de la comunidad religiosa.
En respuesta a esto, Jamie Beachy, PhD, maestra en Teología y codirectora de la Facultad del Centro de Estudios Psicodélicos de la Universidad de Naropa, comenta que “los capellanes profesionales deberán explorar oportunidades para tener experiencias psicodélicas, y en nuestras tradiciones religiosas a menudo hay tabúes que necesitaremos revisar”.
Beachy espera que los capellanes involucrados en este trabajo tengan humildad y voluntad para asociarse con las tradiciones indígenas y las cosmovisiones basadas en la tierra. Empero, algunos capellanes psicodélicos afroamericanos nos recuerdan que este enfoque sólo debería aconsejarse si los individuos y grupos de esas comunidades indígenas también tienen la voluntad y el deseo de asociarse con otros.
“Muchas de nuestras tradiciones religiosas no tienen un profundo respeto por las plantas medicinales”, nos comparte Beachy, “pero estas barreras no son imposibles de franquear, y los capellanes están empezando a explorar nuestras contribuciones en investigaciones y equipos de terapia psicodélica, así como a través de nuestra participación en contextos ceremoniales.”
El futuro de la capellanía psicodélica
En la medida en que los ensayos clínicos continúen estableciendo el precedente de cómo será la terapia psicodélica, muchos creen que es imperativo incluir más capellanes en los ensayos clínicos. Hasta la fecha, sólo ha habido unos pocos estudios psicodélicos que han incluido proveedores de cuidados espirituales en sus protocolos.
Mirando hacia el futuro, está claro que el movimiento psicodélico tendrá que abrirse a las perspectivas místicas y religiosas que ofrece la capellanía. No obstante, los capellanes profesionales y los miembros de comunidades religiosas también tendrán que abrirse para acoger a las plantas medicinales y a los estados no ordinarios de consciencia. Reflexionando sobre esto Ayize Jama-Everett comparte: “Es posible que aquellos líderes de las principales religiones tengan que enfrentarse a sus propias tradiciones místicas, a la sabiduría de las tradiciones demonizadas como ‘paganas’ o ‘apóstatas’, y a historias de colonización y represión llevadas a cabo en nombre de su fe”. Y agrega Jama-Everett: “Aquellos grupos marginados que han mantenido en secreto su conocimiento de los estados alterados de conciencia, tendrán que evaluar si ahora es el momento de dar un paso al frente, o si Occidente aún no está preparado para tener esa conversación”.
A medida que nos adentramos en el territorio del movimiento psicodélico, deberíamos tener el cuidado de asegurarnos que exista un diálogo continuo y polifónico que abarque la diversidad de vías a través de las cuales se puede encontrar la cura. Mientras continuemos ampliando el debate, dando cabida tanto a lo místico como a lo científico, servirá para aumentar nuestra comprensión de lo que pueden hacer los psicodélicos.
El campo de la capellanía se está expandiendo con fuerza. Además, por su creciente aceptación de modelos de sanación alternativos, el campo se está haciendo más diverso; sin embargo, por el momento, la gran mayoría de los capellanes acreditados son personas blancas. Organizaciones como la Association for Clinical Pastoral Education (Asociación para la Educación Pastoral Clínica) están trabajando arduamente para cambiar esta realidad y profundizar su praxis institucional antirracista. Nuestra esperanza y la de otros capellanes interesados en la intersección de la psicodelia y la atención pastoral, es que más capellanes afroamericanos, morenos, asiáticos e indígenas lideren esta forma emergente y alternativa de cuidado.
Traducción de Jenny Nava Díaz
Portada de Mariom Luna
Recursos adicionales:
Beachy, J. (2021). Tending the sacred: The emerging role of professional chaplaincy in psychedelic-assisted therapies. MAPS Bulletin, 31(2). https://maps.org/news/bulletin/tending-the-sacred-the-emerging-role-of-professional-chaplaincy-in-psychedelic-assisted-therapies/
Center for the Study of World Religions. (2021). What is psychedelic chaplaincy? [Video]. https://cswr.hds.harvard.edu/news/2021/03/08/video-what-psychedelic-chaplaincy
Chacruna Institute for Psychedelic Plant Medicines. (2022). Religion and psychedelics forum. https://www.eventbrite.com/e/religion-and-psychedelics-forum-tickets-167916720431
Sanders, J. W., y Zijlmans, J. (2021). Moving past mysticism in psychedelic science. ACS Pharmacology & Translational Science, 4(3), 1253–1255. DOI: 10.1021/acsptsci.1c00097