La guerra contra las drogas en América Latina y el Caribe ha afectado negativamente a los pueblos indígenas de la región. Este enfoque del mercado ilegal de drogas impulsado por Estados Unidos se basa en una estrategia militarizada que reprime a los consumidores, encarcela masivamente a las poblaciones más pobres y se utiliza para promover los intereses de las élites y el capitalismo global.
Anaïs Nin escribió sobre Timothy Leary en su diario. A ella no le gustaba. Pero, ¿qué tiene esto que ver con la experiencia y la política estadounidense?
Para algunos, Rosemary era la esbelta y bella esposa de Timothy Leary, quien a menudo aparecía a su lado durante las entrevistas para la prensa; para otros, es un ícono de la moda cuya influencia fue elogiada recientemente en la revista Vogue. Para la comunidad psicodélica y la contracultura, es una figura heroica en la Guerra contra las Drogas que se aferró a sus principios y se negó rotundamente a dar nombres a las autoridades federales.
Las trágicas consecuencias de la guerra contra las drogas en México y Brasil son cada vez más repudiadas. Ante esto, surgió la iniciativa de hacer un espacio de reflexión que fortalezca la colaboración entre expertos mexicanos y brasileños, con el fin de discutir nuevos modelos de gestión en el uso y dependencia de las drogas, más allá de la represión, del estigma y de la permanente conversión de los consumidores en enemigos morales.