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Queering Psychedelics: Una introducción

Queering Psychedelics trata de cómo la investigación psicodélica moderna podría abordar las necesidades y traumas únicos de las minorías sexuales y de género, poblaciones que pueden sufrir problemas de salud mental provocados por la exclusión social, la patologización, la criminalización y la estigmatización.

Alex Belser
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Alexander Belser, PhD es psicólogo licenciado e investigador psicodélico en la Universidad de Yale. Cofundó el Grupo de Investigación Psicodélica de la NYU en 2006 y es terapeuta del estudio MAPS. Es miembro del Grupo de Trabajo sobre Mujeres, Diversidad de Género y Minorías Sexuales de Chacruna.
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Alexander Belser, PhD, é psicólogo licenciado e pesquisador psicodélico da Universidade de Yale. Foi cofundador do Grupo de Pesquisa Psicodélica da NYU em 2006 e atua como terapeuta do estudo MAPS. Ele é membro do Grupo de Trabalho de Mulheres, Diversidade de Gênero e Minorias Sexuais do Chacruna.

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Clancy Cavnar es doctora en psicología clínica (Psy.D.) por la Universidad John F. Kennedy de Pleasant Hill, California. Actualmente trabaja en la práctica privada en San Francisco, y es cofundadora y miembro de la Junta Directiva del Instituto Chacruna de Plantas Psicodélicas Medicinales. También es investigadora asociada del Grupo Interdisciplinario de Estudios Psicoactivos (NEIP). Combina un ecléctico abanico de intereses y actividades como psicóloga clínica, artista e investigadora. Tiene un máster en Bellas Artes en pintura por el Instituto de Arte de San Francisco, un máster en asesoramiento por la Universidad Estatal de San Francisco y completó el programa de Certificado en Terapia Asistida por Psicodélicos del Instituto de Estudios Integrales de California (CIIS). Es autora y coautora de artículos en varias revistas especializadas y coeditora, con Beatriz Caiuby Labate, de once libros. Para más información, véase: http://www.drclancycavnar.com.
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Clancy Cavnar tem doutorado em psicologia clínica (Psy.D.) pela John F. Kennedy University em Pleasant Hill, Califórnia. Atualmente, trabalha em consultório particular em São Francisco e é cofundadora e membro da diretoria do Chacruna Institute for Psychedelic Plant Medicines. Ela também é pesquisadora associada do Grupo Interdisciplinar de Estudos Psicoativos (NEIP). Ela combina uma gama eclética de interesses e atividades como psicóloga clínica, artista e pesquisadora. Tem mestrado em pintura pelo San Francisco Art Institute, mestrado em aconselhamento pela San Francisco State University e concluiu o programa Certificate in Psychedelic Assisted Therapy no California Institute of Integral Studies (CIIS). Ela é autora e coautora de artigos em várias revistas e coeditora, com Beatriz Caiuby Labate, de onze livros. Para obter mais informações, acesse: http://www.drclancycavnar.com.

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A Dra. Bia Labate (Beatriz Caiuby Labate) é antropóloga, educadora, autora, palestrante e ativista, comprometida com a proteção de plantas sagradas e com a ampliação das vozes de comunidades marginalizadas no campo da ciência psicodélica. Como antropóloga brasileira queer radicada em São Francisco, ela tem sido profundamente influenciada por suas experiências com a ayahuasca desde 1996. A Dra. Labate é Ph.D. em antropologia social pela Universidade de Campinas (UNICAMP), no Brasil. Seu trabalho se concentra em medicamentos à base de plantas, política de drogas, xamanismo, ritual, religião e justiça social. Ela é diretora executiva do Instituto Chacruna de Plantas Psicodélicas Medicinais e atua como especialista em educação pública e cultura na Associação Multidisciplinar de Estudos Psicodélicos (MAPS). Além disso, ela é Visitante do Centro de Estudos Superiores em Teologia em Berkeley. Além disto, é Consultora da Coalizão de Líderes Veteranos pela Saúde Mental. A Dra. Labate também é co-fundadora do Grupo Interdisciplinar de Estudos Psicoativos (NEIP) no Brasil e editora de seu site. Ela é autora, coautora e coeditora de 28 livros, três periódicos de edição especial e várias publicações revisadas por pares e on-line (http://www.bialabate.net).
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La Dra. Bia Labate (Beatriz Caiuby Labate) es antropóloga, educadora, autora, conferenciante y activista, comprometida con la protección de las plantas sagradas, al tiempo que amplifica las voces de las comunidades marginadas en el campo de la ciencia psicodélica. Como antropóloga queer brasileña afincada en San Francisco, se ha visto profundamente influenciada por sus experiencias con la ayahuasca desde 1996. La Dra. Labate es doctora en antropología social por la Universidad de Campinas (UNICAMP) en Brasil. Su trabajo se centra en las plantas medicinales, la política de drogas, el chamanismo, los rituales, la religión y la justicia social. Es la Directora Ejecutiva del Instituto Chacruna de Plantas Psicodélicas Medicinales y trabaja como Especialista en Educación Pública y Cultura en la Asociación Multidisciplinar de Estudios Psicodélicos (MAPS). Además, es profesora visitante en la Unión Teológica de Posgrado de Berkeley y asesora de la Coalición de Veteranos Líderes en Salud Mental. La Dra. Labate es también cofundadora del Grupo Interdisciplinario de Estudios Psicoactivos (NEIP) en Brasil y editora de su página web. Es autora, coautora y coeditora de 28 libros, tres revistas de edición especial y numerosas publicaciones revisadas por pares y en línea (http://www.bialabate.net).

Juntos, estamos dando forma a un nuevo campo en las intersecciones de la medicina, la cultura y la conciencia queer y psicodélica. A medida que el resurgimiento psicodélico alcanza un momento crucial de interés general y legitimidad normativa, Queering Psychedelics: De la opresión a la liberación en la medicina psicodélica pretende fomentar la accesibilidad y la diversidad en la ciencia, la práctica y el discurso psicodélico, abordando y desmantelando las formas sexistas, heteronormativas, transfóbicas y homófobas de opresión en el movimiento psicodélico. Este volumen recoge una amplia gama de perspectivas de investigadores académicos queer, lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, queer, intersexuales y asexuales (LGBTQIA+), activistas indígenas de dos espíritus, autodidactas transexuales y neochamanes queer. Cada capítulo ha sido curado para sacar a la luz ideas esenciales sobre las historias psicodélicas queer que se han perdido, las implicaciones para la investigación actual y el trabajo clínico, así como el potencial curativo transformador de la medicina psicodélica de, por, con y para los pueblos de género y sexualmente diversos. 

Al explorar una relación en gran medida desconocida, los autores de este libro trazan una vasta y colorida historia de las formas encantadas, caprichosas y extrañas, así como concretas, en que las personas queer ha dado forma fundamentalmente a la sustancia, el estilo y la espiritualidad del movimiento psicodélico y se ha visto perjudicada por sus aplicaciones heteronormativas. Incluidas las aplicaciones interseccionales y liberadoras del queerness, este volúmen integra perspectivas indígenas sobre psicodélicos, roles de género e identidad, y trata de aliar su lucha con la de otros grupos marginados: mujeres, personas de color, discapacitados, pobres y personas que residen en el Sur Global.  

Queering Psychedelics: From Oppression to Liberation in Psychedelic Medicine : Belser PhD, Alex, Cavnar PsyD, Clancy, Labate PhD, Beatriz Caiuby: Amazon.com.mx: Libros

El libro también trata de cómo la investigación psicodélica moderna podría abordar las necesidades y traumas únicos de las minorías sexuales y de género, poblaciones que pueden sufrir problemas de salud mental provocados por la exclusión social, la patologización, la criminalización y la estigmatización.  Queering Psychedelics cuestiona el continuo potencial radical de la psicodelia queer en la actual era de asimilación y de identidades cada vez más codificadas y gestionadas de forma disidente, allanando el camino para el potencial liberador del movimiento para todas las personas.  

El libro es pionero en muchos sentidos. El campo ha crecido lo suficiente para justificar la aparición de este libro en el mundo. A modo de ilustración, he aquí una breve historia de la homosexualidad en las conferencias psicodélicas de los últimos 20 años. En 2001, uno de nuestros autores, Alex Belser, asistió a su primera conferencia psicodélica en la Casa Internacional de Berkeley. Aunque hubo muchas charlas fascinantes, no se mencionó la palabra “gay”. Fue un asunto colorido, pero mayoritariamente heterosexual. En 2004, la siguiente conferencia psicodélica de Mind States se celebró en Oaxaca, México. Allí, un puñado de personas homosexuales se reunieron extraoficialmente en una habitación de hotel para reír y reflexionar sobre su homosexualidad y sus experiencias psicodélicas. En 2010, se celebró la primera conferencia Psychedelic Science en San José. La escena de las conferencias psicodélicas ya era más grande, y se pedía a los ponentes que “llevaran corbata” para ser tomados en serio. Entre las filas de sillas de la sala de conferencias, Belser y Clancy Cavnar reclutaron a algunos conspiradores para repartir folletos ilustrados con un triángulo rosa invertido y una lambda arco iris, anunciando el primer “LGBTQIA Psychedelic Science Meet ‘n Greet”. Alrededor de 20 personas nos reunimos en el jardín para un círculo de presentaciones íntimas. Una pareja que se conoció allí sigue junta una década después. Tres años después, en 2013, volvimos a reunir a la gente queer en Psychedelic Science 2013 en Oakland. Nuestro grupo había crecido a 40 personas. En la siguiente conferencia Psychedelic Science en 2017, llenamos una sala de conferencias a rebosar con más de 80 personas, todas curiosas, llenas de ideas y con la esperanza de encontrar una comunidad queer en el espacio psicodélico. 

En 2019, el Instituto Chacruna, incluidos los tres coeditores de este libro, organizó un evento que fue inaugural en muchos sentidos y llevó esas “pequeñas reuniones que suceden en el sótano” al escenario principal: Queering Psychedelics, la primera conferencia de la historia que destacó a los visionarios queer de la comunidad psicodélica, en el Brava Theater Center de San Francisco, celebrada durante el mes del Orgullo. Asistió una gran multitud de alrededor de 400 personas, y provocó algo hermoso. Queering Psychedelics 2019 fue la primera conferencia que examinó la historia de los psicodélicos desde perspectivas queer y no binarias. Durante dos días, hubo 13 ponentes principales, tres sesiones íntimas con los asistentes a la conferencia y un panel final, todo ello ante un público arcoíris. En un momento en el que se ha disparado el interés por la investigación psicodélica, la conferencia se organizó, en parte, para garantizar que las comunidades tradicionalmente infrarrepresentadas tuvieran un sitio en la mesa y sus voces fueran escuchadas, con el fin de asegurar el acceso a todos los beneficios que ofrecen la psicodelia y la medicina vegetal. También creíamos que era vital que se establecieran espacios queer para explorar las necesidades, dones y fortalezas únicas que las comunidades LGBTQIA+ aportan a la psicodelia y la medicina psicodélica. Dos años después, en 2021, organizamos Building Bridges: Queering Psychedelics Two Years Later, completando dos décadas de cultura de conferencias psicodélicas. 

Folleto repartido en las primeras Conferencias de Ciencia Psicodélica en 2010 y 2013. 

Con este libro, pretendemos reunir a los líderes del sector para ayudar a construir una nueva visión queer del futuro psicodélico. Te pedimos a ti, lector, que te unas a nosotros y construyas puentes hacia el futuro que podemos imaginar juntos: un futuro en el que abordemos y desmantelemos las formas de opresión sexistas, heteronormativas, transfóbicas y homófobas en el movimiento psicodélico. En este volumen, leerás sobre las fenomenologías psicodélicas queer, la historia descubierta de la terapia de conversión psicodélica, el duro trabajo de autoaceptación a través de las prácticas psicodélicas, y también los dones únicos del placer, el misticismo y la magia queer. Hablamos de raza, intersecciónalidad y psicodélicos como herramientas liberadoras para la gente LGBTQIA+, y nos centramos en la experiencia psicodélica transgénero y de género diverso. En una multiplicidad de voces, los autores cuestionan el continuo potencial radical de la psicodelia queer y crean un espacio para pasar de la opresión a la liberación colectiva. Te invitamos a unirte a nosotros. 

Terminologías Queer

Antes de ofrecer una visión general de los capítulos de este libro, nos gustaría compartir algunas palabras sobre las palabras. A lo largo de este libro, distintos autores utilizan términos diferentes. Entre ellos se incluyen personas de dos espíritus, lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, queer, intersexuales y asexuales (2SLGBTQIA+), LGBTQIA+, LGBTQ, minorías sexuales y de género (SGM), personas con diversidad sexual y de género (SGD) y queer folks y folx. Cada grupo dentro de este paraguas tiene sus propios linajes, manifestaciones y contribuciones importantes. Como editores de Queering Psychedelics, no exigimos una terminología estándar. En cuanto al título en sí, apreciamos el comentario de una de nuestras autoras colaboradoras, Diana Quinn, que escribe: “Aunque el término ‘queer’ no es universalmente aceptado por los miembros de la comunidad 2SLGBTQIA+, su uso aquí como una abreviatura para referirse a la SGM tiene la intención de reclamar ‘queer’ de su uso histórico como un insulto denigrante hacia una representación de la revocación radical y subversiva de las costumbres sociales cis-heteronormativas limitantes”. 

Cómo leer este libro

El libro está escrito por 42 autores en 35 capítulos y estructurado en 9 secciones que abarcan diversos temas. El libro puede leerse en secuencia, pero siéntase libre de ir saltando y leyendo lo que le interese. Las secciones del libro son las siguientes (1) De la opresión a la liberación: Organizarse para el cambio; (2) Terapia de conversión psicodélica; (3) Queering en la clínica: Tratamientos psicodélicos; (4) Experiencia Psicodélica Transgénero y de Género Diverso; (5) Raza, Interseccionalidad y Psicodélicos como Herramientas Liberadoras para Personas LGBTQIA+; (6) Psicodélicos y Autoaceptación LGBTQIA+; (7) Ayahuasca, Santo Daime y Espiritualidad Psicodélica Queer; (8) Sexualidad, Psicodélicos y Placer Queer; y (9) Fenomenología Psicodélica Queer Expansiva.

De la opresión a la liberación: Organizarse para el cambio 

Queering Psychedelics se abre con cinco capítulos en una sección dedicada al movimiento de la opresión a la liberación. En el primer capítulo, Ava Keating y Alex Belser reconocen las historias redescubiertas de opresión de LGBTQIA+ en la investigación psicodélica. Ofrecen “una visión queer para la investigación psicodélica” en la que aprovechamos nuestro poder colectivo para reformar los actuales paradigmas dominantes en la investigación psicodélica y “coconstruir visiones transformadoras para una investigación psicodélica liberadora para todos”. 

En el siguiente capítulo, una colaboración entre Amy Bartlett, Challian Christ, Stéphanie Manoni-Millar y Terence H. W. Ching, los autores conciben la investigación psicodélica como una forma de narración. Denuncian la antigua narrativa queer como borrada y comienzan a contar una nueva historia, planteando una llamada a la acción tanto para investigadores heterosexuales como queer que es matizada y poderosa.  Haríamos bien en prestar atención a su llamada.  

En el siguiente capítulo, Ariel Vegosen ofrece una respuesta queer al privilegio psicodélico y comparte su trabajo para fundar Queerdome, que proporciona “reducción de daños psicodélicos centrada en los queer a través de un refugio seguro físico, emocional y espiritual” en eventos grandes y pequeños. Aunque a menudo escuchamos la retórica idealizadora de que los psicodélicos pueden “ayudar a acabar con la opresión y crear unidad en el planeta Tierra”, Vegosen sostiene que “los psicodélicos por sí solos no crearán sanación ni un mundo mejor; sólo funcionan si la gente está preparada para hacer el trabajo de integración. . . . Si queremos que los psicodélicos sean el antídoto curativo, también tenemos que hacer el trabajo de la justicia para que, después de la terapia, el ritual o un viaje recreativo, tengamos un mundo más seguro al que volver”. 

En una conversación transcrita que es “un acto de descolonización y queering del espacio académico”, Courtney Watson y Emma Knighton reflexionan y problematizan ciertos tropos en el espacio psicodélico como disfraces del privilegio cisheterosexual. Deconstruyen la idea de que los psicodélicos “permiten” a la gente trascender la raza, el género y la identidad sexual como motivada por una narrativa de “todos somos uno” que perpetúa los sistemas de opresión. Esta “narrativa de la trascendencia” es en sí misma un tipo de borrado dominante que posiblemente esté motivado por la fragilidad y el sentimiento de culpa por mantener los privilegios. 

Por último, en esta sección inicial, Diana Quinn describe la atención comunitaria como el corazón de la liberación psicodélica queer. Al abogar por el trabajo en grupo y los espacios psicodélicos comunitarios queer, escribe elocuentemente sobre su potencial. Cita a Kulkiran Nakai, psicólogo centrado en la liberación y la respuesta al trauma, que afirma: “Los espacios psicodélicos queer pueden animar a una comunidad de cuidados a ayudar a reparar y recablear el rechazo, el abandono y el aislamiento que experimentamos muchos de nosotros, queer folx, que hemos crecido en hogares opresivos guiados por el contexto colonial del sexismo, la heteronormatividad, la homofobia y la transfobia”. Para desmantelar estos sistemas de opresión inyectados, la atención comunitaria en espacios psicodélicos queer puede ayudar a sanarnos y transformarnos hacia la liberación individual y colectiva.”  

Terapia de conversión psicodélica  

En esta segunda sección del libro, descubrimos la historia de cómo psicodélicos como el LSD y la mescalina fueron utilizados coercitivamente contra las personas LGBTQIA+ por sus médicos, clínicos e investigadores psicodélicos para “convertirlos” a la heterosexualidad. La terapia de conversión, ahora universalmente condenada por las organizaciones profesionales y prohibida en muchos estados, fue un pilar del tratamiento psicodélico. Esta práctica abusiva fue promovida por personas influyentes de la comunidad psicodélica como Timothy Leary, Robert Masters y Jean Houston.  

En una investigación original de Andrea Ens, ésta informa sobre el uso de la terapia de conversión psicodélica en el Hospital de Hollywood y por parte de líderes de la comunidad clínica psicodélica, como Richard Alpert (Ram Dass) y Stanislov Grof. Escribe cómo los psicodélicos “se han utilizado históricamente en intentos dañinos de erradicar la llamada desviación sexual” y para reforzar doctrinas sociales anti-gay. En cuanto a los factores que condujeron al desarrollo de la terapia de conversión psicodélica, Ens argumenta que la “fusión de homosexualidad y comunismo, la creciente fe en las intervenciones químicas para resolver los problemas psiquiátricos y la mayor importancia del psicoanálisis durante la posguerra crearon el contexto necesario para que la terapia de conversión psicodélica” se convirtiera en una práctica clínica ascendente. 

Siguiendo en esta línea, Tal Davidson aporta una importante contribución que articula sucintamente los fundamentos psicoanalíticos de la terapia de conversión psicodélica. Davidson se pregunta: “¿Cuál fue esa confluencia particular de heteronormatividad sistémica, homofobia pública virulenta y homofobia interiorizada que hizo que las drogas conocidas por su libertad funcionaran como drogas de supresión?”. En una síntesis de relatos clínicos de psicoterapeutas británicos, griegos y estadounidenses de los años cincuenta y sesenta, se nos muestra cómo pensaban los clínicos acerca de cómo los homosexuales “se orientaban heterosexualmente” con el tratamiento con LSD, que se creía lo bastante potente como para anular las defensas del paciente.  

Por último, en un trabajo verdaderamente crítico, Zoë Dubus escarbó en los anales franceses para desenterrar los desgarradores casos clínicos de dos adolescentes, Michel, de 15 años, y Bernard, de 18, descritos como “pervertidos sexuales delincuentes”.  Fueron sometidos a “terapia de choque” psicodélica, una de una clase de terapias que incluía la terapia electroconvulsiva, la lobotomía y la terapia de coma insulínico. Estas terapias de choque “pretendían desmantelar las estructuras mentales y cognitivas y reconstruirlas con la ayuda de un tratamiento psiquiátrico”.  Michel y Bernard fueron sometidos a repetidas sesiones en las que los médicos les inyectaban dosis extraordinariamente altas de psicodélicos (hasta 1.200 mg de mescalina y 800 mcg de LSD, o aproximadamente 8 dosis estándar de LSD en una sola dosis). En un momento dado, Michel pregunta: “¿para qué sirve esta violencia?” Las transcripciones de estas sesiones muestran su angustia y su incomprensión ante estos tratamientos abusivos.  

Cualquiera que lea estos relatos de casos debe reconocer lo horripilantes y enfurecedoras que eran estas prácticas. Por desgracia, la gran mayoría de la comunidad clínica psicodélica actual sigue ignorando alegremente su propia historia. Tras décadas de abusos olvidados, no debemos volver a enterrar estas historias, sino sacar a la luz las formas en que la medicina psicodélica fue utilizada con fines coercitivos y violentos por personas en posiciones de poder.  

Conoce más sobre la Iniciativa de Reciprocidad Indígena de las Américas

Queering en la Clínica: Tratamiento psicodélico  

En esta sección, titulada “Queering en la clínica”, presentamos media docena de testimonios temporales que replantean cómo la clínica puede ser un lugar de curación queer y de prácticas innovadoras. En su descripción del rechazo y el aislamiento queer, Matthew D. Skinta esboza cómo la psicoterapia asistida por psicodélicos podría servir de bálsamo para el estrés de las minorías. Entretejiendo un conmovedor relato personal, el escrito de Skinta inspira la esperanza de que la terapia psicodélica de afirmación pueda ser prometedora para las personas queer y trans afectadas por el estrés de las minorías y sus males. 

A continuación, en una fascinante presentación de un caso en profundidad, Chris Stauffer y Andrea Rosati ilustran cómo podríamos queer la psicoterapia asistida con MDMA. Nosotros (Belser) hemos trabajado con participantes de minorías sexuales y de género en tratamiento con MDMA, y es maravilloso ver que los autores atienden a las vívidas experiencias psicodélicas del participante con tanta sintonía. El capítulo es notable por ser el primer estudio de caso queer publicado en un ensayo clínico psicodélico legal. 

En su mordaz relato sobre el tratamiento de hombres en uno de los centros de salud LGBTQ+ más grandes del país, John Haupert describe cómo se sintió impotente al ver cómo “hombres homosexuales vibrantes en la flor de la vida se deterioraban en una psicosis crónica inducida por la metanfetamina en menos de un año”. En un enfoque conmovedor y refrescante, Haupert comparte cómo “tiró el libro de reglas” y utilizó todo menos el fregadero de la cocina como parte de un enfoque integral e innovador de reducción de daños para ayudar a los hombres gay a dejar la metanfetamina. Incluso plantea la prescripción de psicodélicos como el 2C-B como una “alternativa más segura” y “una opción ideal para sustituir el chemsex” que sería mucho menos perjudicial que la metanfetamina, que ha provocado una letanía de daños a las personas y a la comunidad. Su capítulo reorienta los psicodélicos como reducción de daños y conecta los puntos con los psicodélicos como conectores queer en el “deficiente dominio del tratamiento de la metanfetamina”. 

Los tres capítulos siguientes de esta sección completan los modelos para configurar y formar una clínica queer en nuestros tiempos. En su capítulo “The Quest for Queer Liberation: La psicoterapia asistida con ketamina y la vergüenza”, Shanna Butler y Laura Mae Northrup son de las primeras en ofrecer una justificación de la psicoterapia asistida con ketamina (KAP) para tratar el estrés de las minorías y la vergüenza resultante. Escriben que “la vergüenza tiene como resultado límites a la autoexpresión, el control del deseo, la invisibilización de las identidades e incluso el impulso hacia la autoaniquilación”. A través de la introducción de un caso clínico, argumentan que KAP está “en una situación única para abordar la vergüenza contraída por la homofobia y la transfobia internalizadas a través de sus efectos tanto fisiológicos como transpersonales” y describen “el potencial de KAP para disminuir la vergüenza y aumentar el acceso a estados liberadores del ser”.  

En su contribución, Jeanna Eichenbaum pide al lector que “amplíe la lente” de las ideas convencionales de decorado y escenario. ¿Qué pasaría si el contexto incluyera la identidad sexual y de género? Es más, ¿qué pasaría si ampliáramos “nuestra visión de lo que constituye el ‘set’ en la práctica clínica para incluir la posición del viajero dentro de su comunidad y de la sociedad en general” como medio “para servir a nuestros clientes más plenamente en el trabajo de curación psicodélica”? ¿Y si el entorno psicodélico se concibiera de forma más amplia, “para incluir aspectos del entorno social y cultural en el que existe la experiencia”, incluyendo el racismo, la misoginia, la homo/bi/transfobia, el capitalismo tardío y la amenaza existencial del Antropoceno y el ecocidio global? Eichenbaum sostiene que, paradójicamente, la conciencia de estos niveles de configuración puede fomentar “un renovado sentido de compromiso y alianza con el mundo natural” y permitir los “potenciales más profundos de la obra”. 

Por último, Scott McKernan y Alex Belser ofrecen un paso pragmático y práctico que los investigadores psicodélicos pueden dar para que sus prácticas sean más afirmativas. Los autores describen las formas en que los ensayos clínicos psicodélicos actuales a menudo fomentan prácticas perjudiciales, como no preguntar por los pronombres y nombres preferidos, no evaluar la identidad sexual y de género, y no realizar ni publicar análisis de subgrupos. Sin estos datos, es imposible determinar si los tratamientos psicodélicos funcionan igual de bien para las personas de minorías sexuales y de género que para sus iguales heterosexuales. Para hacer frente a estos retos, proponen una evaluación uniforme de la orientación sexual y la identidad de género en los ensayos clínicos con psicodélicos como un paso para abordar las necesidades de tratamiento de esta población desatendida. Esta lista de ítems ofrece un cuestionario estándar que podría difundirse en los ensayos clínicos y servir como base para el meta-análisis de los datos clínicos a través de ensayos para determinar cómo les va a las personas queer en los tratamientos psicodélicos. El capítulo proporciona un marco para las mejores prácticas emergentes para evaluar la orientación sexual y la identidad de género en los ensayos clínicos psicodélicos. 

Experiencia psicodélica transgénero y de género diverso  

En el capítulo que abre esta sección, Sam Claude Carmel titula el artículo “Trascender la disforia: explorando los novedosos efectos contra-disfóricos y salvavidas de los psicodélicos en la comunidad transgénero”. A través de entrevistas con participantes trans que exploran el uso clínico y clandestino de psicodélicos, este capítulo destaca los novedosos efectos contradisfóricos que tienen los psicodélicos para muchas personas trans y su capacidad para ayudar a la autoaceptación de la identidad de género, aliviar la depresión y evitar el suicidio de personas trans y de género diverso. Carmel hace un llamamiento a las prácticas de afirmación, afirmando: “Para lograr nuestro objetivo colectivo de equidad psicodélica, es necesario el desarrollo de nuevas modalidades de terapia de integración psicodélica de afirmación trans y reducción de daños, junto con un mayor acceso a los psicodélicos en contextos clínicos y de investigación para las personas transgénero”. 

En el capítulo de Taylor Dahlia Bolinger, “Gender Rituals and Gendered Ritual”, expone algunas ideas oportunas sobre la descolonización del género y el papel especial que las personas queer pueden desempeñar como especialistas rituales en los espacios psicodélicos.  Basándose en parte en sus propias experiencias, reflexiona sobre el hecho de que, debido a los esquemas de género interiorizados que evocan recelo, “ser trans en los espacios psicodélicos es a menudo estar radicalmente solo”. Sostiene que “la transición como ritual requiere actuaciones para médicos y otros guardianes que exigen muchos de los elementos del ritual descritos anteriormente, y que puede que ni siquiera se parezcan a la experiencia de género vivida por la persona con diversidad de género… La comunidad psicodélica debe trascender el binario de género colonizado si pretendemos enfrentarnos a los traumas más profundos de nuestra sociedad”. 

En el siguiente capítulo, un paciente queer y trans/no binario que se hace llamar “PatientNB” comparte su perspectiva como paciente en terapia psicodélica. Con una prosa clara, PatientNB escribe cómo ha utilizado intencionadamente la psilocibina con un “intenso trabajo terapéutico” para revelarse como trans ante su familia y amigos, a pesar de las experiencias de rechazo paterno, discriminación, estigma y vergüenza. Escriben: “Recordando esa primera experiencia con la psilocibina, ahora puedo ver que la libertad que sentí vino de darme cuenta por fin de que no había nada malo en mí. No era yo el que estaba jodido, sino el mundo el que estaba jodido”. Este capítulo es quizá el primer relato publicado de la experiencia de una persona trans o no binaria en una psicoterapia de integración psicodélica de afirmación de género. Concluyen: “Por fin pude ver cómo ese pequeño niño trans era perfecto exactamente como eran. Tal y como son”. 

Como último capítulo de esta sección, Tristan Angieri escribe sobre las representaciones de las comunidades queer y trans en la narrativa y el cine, o la falta de ellas. A partir de su propia experiencia, en la que padeció un grave trastorno de estrés postraumático durante más de 15 años y luego recibió terapia asistida con MDMA, Angieri comparte cómo “he pasado de un lugar de definición egoísta por mi condición de queer y trans a un lugar de amor incondicional y de aceptación de mi condición de queer y trans”. Este capítulo acompaña a un cortometraje documental, Integrate. Me, en el que describen su propia “experiencia vivida fuera del binario de género” al servicio de la misión declarada: “defender la terapia enteogénica, la reducción de daños y la reforma de la política de drogas como herramientas transformadoras para la sanación comunitaria, conectándolas con mi propia historia personalmente vulnerable”. 

Raza, interseccionalidad y psicodelia como herramientas liberadoras para las personas LGBTQIA+.  

En una meditada reflexión sobre cuestiones interseccionales en la práctica psicodélica, Terence H. W. Ching escribe sobre su experiencia de psicoterapia asistida con MDMA como varón chino gay de Singapur. Citando la “limitada participación de minorías” en los ensayos clínicos de MDMA hasta la fecha, Ching aboga por “un plan de reclutamiento explícito, en todo el estudio y culturalmente adaptado para sobremuestrear grupos históricamente excluidos” con el fin de diversificar significativamente el reclutamiento.  Compartiendo los matices de su propia experiencia como inmigrante que “sale del armario” en el contexto de las normas occidentales prescritas, Ching aboga por una aceptación de la interseccionalidad y por que “las consideraciones de interseccionalidad pasen a primer plano en la mente de los investigadores cuando reclutan, inscriben y se sientan con las personas que se embarcan en sus viajes de psicoterapia asistida por psicodélicos”. 

Kaston D. Anderson-Carpenter examina el papel de la medicina psicodélica en el contexto de la espiritualidad africana para apoyar la curación de las personas queer negras. En una historia concisa pero detallada, Anderson-Carpenter echa por tierra la idea de que la espiritualidad de la diáspora africana es anti-queer. Cuenta cómo la datura, la iboga y una planta psicodélica llamada kwashi han sido utilizadas por los pueblos Shangana-Tsonga, Bwiti y Bushmen, respectivamente.  Hoy, reconociendo el contexto de los traumas interseccionales a los que se enfrentan las personas queer negras, Anderson-Carpenter concluye, en parte, afirmando: “Los psiquedélicos pueden abrir vías para que las personas queer negras entren en comunión con sus antepasados, los espíritus, lwa y/u orishas y reciban orientación de ellos. Esta comunicación también puede proporcionar una mayor claridad a las propias experiencias de trauma psicológico y físico.” 

Finalmente, en esta sección, Behike Sensei Kevon Simpson describe el trabajo de curación con altas dosis de psilocibina con gente de la medicina urbana y gente BIPOC.  Presenta extractos de entrevistas con seis personas que son increíblemente hermosos, y aboga por un nuevo estándar de dosis más altas de psilocibina dentro de un marco de reducción de daños. Como dijo una participante, Kendra Valentine: “Me recordaron que soy a la vez hija y madre de esta hermosa tierra que tengo la bendición de pisar. Me mostraron mi propia magnificencia, en su totalidad, y aprendí a amar todas mis partes de forma más inclusiva.” 

Psicodélicos y autoaceptación LGBTQIA 

En el capítulo que abre esta sección, Kate Kincaid presenta historias de mujeres y minorías sexuales y de género que han encontrado la fuerza y el empoderamiento a través de estados no ordinarios de conciencia. A través de su propio trabajo psicodélico, “aprendió que está bien ocupar espacio” y rastreó “este miedo a ocupar demasiado espacio o ser demasiado ruidoso como un vestigio del condicionamiento de género”. Kincaid comparte historias de personas que han cambiado a través de la experiencia psicodélica consciente; un amigo queer que tomó una gran dosis de psilocibina dijo que “podían ver todas sus diferentes identidades de género moviéndose fluidamente en su cara y cuerpo”. Fue después de esta experiencia cuando se sintieron envalentonados para reivindicar su identidad de género no binaria y empezar a utilizar los pronombres ellos/ellas”. Kincaid afirma: “Las personas queer que usan psicodélicos saben que la visión psicodélica del mundo es inherentemente queer.” 

En el segundo capítulo de esta sección sobre psicodélicos y autoaceptación, Valentin Somma se pregunta juguetonamente: “¿Pueden los psicodélicos hacerte queer?”.  Basándose en su propia experiencia y observaciones, escribe sobre cómo las experiencias con psicodélicos pueden mitigar la homofobia interiorizada en personas “mayoritariamente heterosexuales” y “heterosexuales que pasan”. Somma dice: “Basándome en mi propia experiencia anecdótica, mostraré cómo los psicodélicos pueden fomentar una mayor exploración y autoaceptación de los individuos cuya sexualidad pasa fácilmente por heterosexual ante los demás o ante sí mismos. Eso incluye a muchos, como yo, que quizá no sabían que podían sentir curiosidad por los queernes”. 

En la mirada clara y valiente de Justin Natoli sobre el poliamor a través de la lente de la práctica psicodélica, muestra que “cada encuentro con otra persona, por fugaz que sea, puede ser una relación sagrada si lo permitimos”. Natoli comparte poderosos relatos en primera persona de cómo los psicodélicos ayudaron a la gente a recuperarse de la vergüenza interiorizada, el trauma y el dominio socialmente construido de la monogamia. Por ejemplo, describen cómo la experiencia psicodélica ha ayudado a “personas ansiosamente apegadas a sentirse más seguras en el poliamor”, basándose en relatos personales y profesionales. 

Ayahuasca, Santo Daime y espiritualidad psicodélica queer 

La colaboración de Marca Cassity y Katherine A. Costello comienza con el apasionante relato de Cassity sobre su experiencia, como persona de dos espíritus, de un ritual del Santo Daime con ayahuasca. En la respuesta de Costello, ella dialoga con la historia de Cassity y presenta reflexiones sobre el cambio estructural y cómo los colonos blancos pueden ayudar a descolonizar el género y la sexualidad. Como coautoras, pretenden “modelar un tipo de diálogo -entre una persona 2S (una persona nativa americana que también es LGBTQIA+) y un aliado queer cis blanco, entre narrativa y teoría- que creemos necesario para descolonizar, queerizar y ‘trans-izar’ los espacios psicodélicos”. 

En su contribución, Clancy Cavnar ofrece una amplia reflexión sobre la espiritualidad, el género y el poder en sus experiencias en la iglesia del Santo Daime durante los últimos 25 años. Describe las complejidades de participar como miembro de la iglesia en el contexto de diferentes formas de trato homófobo y segregador por sexos. También describe un escándalo sexual y los movimientos de poder dentro de la iglesia. En su tratamiento matizado de su relación con la iglesia, Cavnar comparte conmovedoramente cómo “los rituales y costumbres tallaron un lugar particular en mi corazón”. Concluye alentando una reforma que envejezca, aunque “puede que pasen algunas generaciones antes de que esto sea una realidad en la iglesia de Santo Daime”. 

En la perspicaz entrevista de Beatriz C. Labate con el sociólogo brasileño Pietro Benedito, Benedito se basa en su investigación de tesis sobre las mujeres en Santo Daime para criticar la cisheteronormatividad en las prácticas eclesiásticas y la caracterización de la homosexualidad como degenerada o promiscua. Como sociólogo transmasculino, Benedito describe cómo no ha visitado una iglesia del Santo Daime desde su transición. Aunque quiere volver, “no creo que sea una tarea fácil, ya que la transfobia en los espacios religiosos es una realidad, y Santo Daime tiene este importante escenario que divide espacialmente a mujeres y hombres”, concluyendo: “Las personas trans deberían tener la libertad de elegir dónde se sienten más cómodas”. 

En la trepidante exploración de Zach Levine sobre los paralelismos entre el trabajo con la luz de la ayahuasca y el sexo y la sexualidad queer, explora la homofobia más profunda y oscura de muchos círculos ayahuasqueros. Explica “por qué importa si la bebes con gente que dice o cree que tu sexualidad no es natural”. En un discurso significativo, Levine argumenta que “la ayahuasca tiene algo que decir sobre el sexo”, y en su capítulo, escribe sobre la sexualidad humana, el deseo y las restricciones sociales en el contexto de la ceremonia de la ayahuasca. 

Sexualidad, psicodelia y placer homosexual  

En su convincente artículo “Reclaiming Ecstasy”, Dee Dee Goldpaugh sostiene que “la noción de que los psicodélicos existen para ayudarnos a ser más adaptables bajo el capitalismo en una sociedad heteropatriarcal es una historia estrecha e incompleta”. En su lugar, abogan por “una historia más queer“, en la que los psicodélicos pueden engendrar experiencias “de éxtasis, de encarnación erótica y de alegría”. Goldpaugh articula “una visión de la curación psicodélica queer” que abarca espacios comunitarios para la curación, incluye el juego, la creación de música comunitaria y la narración de historias, permite cambiar las identidades y crear nuevas formas rituales, y reivindica la energía erótica y el poder del placer en la curación psicodélica. 

En su sugerente exploración de una visión ampliada de la erótica psicodélica queer, Alex Dymock entrevista a participantes y descubre una serie de encuentros eróticos con objetos, materiales y tecnologías no humanos o inhumanos. Utilizando perspectivas de nuevos materialismos y posthumanismos, Dymock observa que “la mayoría de las investigaciones sobre sexo y drogas tienden a centrarse en sustancias típicamente asociadas con la mejora sexual (como GHB/GBL, Viagra y mefedrona)”. En cambio, encuentra pruebas de cómo los psicodélicos pueden potenciar la conexión erótica principalmente con otros objetos, materiales y tecnologías. 

En el último capítulo de esta sección, Denise Renye sugiere que las comunidades psicodélicas y las comunidades kink pueden aprender unas de otras, en beneficio de la gente queer. Al comparar aspectos del bondage/disciplina, dominación/sumisión y sadismo/masoquismo (BDSM) y los contenedores psicodélicos, Renye encuentra paralelismos en cuanto a ambientación, seguridad, encarnación, curación de traumas, posibilidades de transformación y exploración de la psique. La psicodélica, a través del yo, la planta o sustancia y el facilitador, juntos en el escenario; la escena kink, a través del yo con otro y el campo que cocrean. El juego en sí y la conexión entre (o entre) los compañeros es la medicina”. 

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Fenomenología psicodélica queer expansiva  

En el capítulo de la irreverente Joie Wolfw’mn, la autora ofrece una historia secreta de rituales psicodélicos paganos queer radicales a gran escala en Estados Unidos durante la crisis del sida y en las décadas posteriores. Estos eventos “homocéntricos” se centraban en Beltaine, una fiesta anual que marca el primer día del verano en las tradiciones celtas y precristianas de Europa occidental, durante la cual cientos de personas queer consumían setas juntas después de bailar alrededor del Maypole. Por lo que sabemos, esta práctica ritual psicodélica a gran escala no se había registrado hasta ahora.  

En el penúltimo capítulo de esta sección, Kile M. Ortigo y Daan Keiman nos invitan a la mitopoesis (creación de mitos).  Reconociendo la “crisis colectiva de significado”, se basan en el trabajo de Joseph Campbell, Maureen Murdock y otros para generar nuevas mitologías queer inclusivas para la integración psicodélica. “Mientras que las experiencias queer pueden haber estado ausentes en gran medida (aunque no por completo) en las mitologías dominantes, podemos revisar y manifestar historias completamente nuevas para que encajen en la gran narrativa de nuestra aventura humana”.

En su amplia conclusión titulada “El psiconauta, el violador y el arco iris”, Ayesha Hussain comienza con una sencilla pregunta: “¿Qué significa realmente la liberación queer?”. Utilizando una animada reinterpretación del primer libro de Las Crónicas de Narnia como alegoría ampliada de la liberación queer, Hussain afirma que, para llegar a Narnia, “el queer necesita un despertar”.  Sugiere que todos y cada uno de los queer encuentren una forma de “experimentar un despertar sexual psicodélico” e imagina un futuro en el que “todo el mundo sea poliamoroso y pansexual”. Concluye invitándonos a abandonar las “mismas tácticas de imperialismo, colonización, separación y capitalismo” que a menudo se utilizan para condenarnos al ostracismo y, en su lugar, unirnos a ella, sentados “en el trono como realeza queer” en un mundo “de amor libre, libre expresión y libre exploración”. 

Portada de Pedro Mulinga

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