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Esther Jean Langdon: Medio siglo de investigación sobre chamanismo y ayahuasca

En este texto, se comenta la trayectoria de medio siglo de investigación sobre el chamanismo y la ayahuasca de Esther Jean Langdon.

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Isabel Santana de Rose es una antropóloga brasileña e investigadora en el campo de las religiones de la ayahuasca desde hace más de veinte años. Su disertación de P.hD. se centra en el surgimiento de redes chamánicas contemporáneas en Brasil.

El chamanismo como sistema cosmológico

Durante un período en el que los estudios sobre el chamanismo estuvieron dominados principalmente por antropólogos masculinos, Esther Jean Langdon se erige como pionera en el resurgimiento de la investigación antropológica sobre este tema. En la década de 1970, formó parte de una generación de antropólogos que realizó su trabajo de campo en las tierras bajas de América del Sur y ha contribuido a un aumento significativo en nuestro conocimiento sobre los pueblos indígenas de esta región.

Hasta la primera mitad del siglo XX, la mayoría de los análisis antropológicos sobre el chamanismo intentaron encajar este fenómeno en categorías occidentales preconcebidas, dando como resultado solo unos pocos estudios y discusiones algo fragmentadas que no contemplaban la diversidad de los sistemas chamánicos nativos.

Hasta la primera mitad del siglo XX, la mayoría de los análisis antropológicos sobre el chamanismo intentaron encajar este fenómeno en categorías occidentales preconcebidas, dando como resultado solo unos pocos estudios y discusiones algo fragmentadas que no contemplaban la diversidad de los sistemas chamánicos nativos. El resurgimiento de las investigaciones sobre el chamanismo que comenzó en la década de 1960 fue estimulado por factores que ocurrieron tanto dentro como fuera de la academia. Hacia la década de los ochenta comenzaron a multiplicarse las publicaciones científicas y los seminarios dedicados a discutir este tema. Al mismo tiempo, varios grupos indígenas de América del Sur comenzaron a revitalizar sus sistemas chamánicos.

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En este contexto, autores como Langdon y Jean-Pierre Chaumeil (1983) cuestionaron la inclusión del chamanismo en los debates antropológicos clásicos sobre magia, religión y ciencia. Según ellos, el chamanismo es una institución central en la organización de la vida social y cosmológica de los pueblos indígenas de América del Sur. Propusieron que debería ser visto como un sistema cosmológico, asociado simultáneamente con varias dimensiones: política, salud, estética, guerra, depredación, organización social, etc. También propusieron la idea de chamanismos en movimiento, que desafía los análisis antropológicos clásicos que consideran al chamanismo como un fenómeno estático, y en cambio destaca sus constantes transformaciones y reinvenciones.

Langdon nació en los Estados Unidos y pasó varios años en la década de 1970 realizando trabajo de campo entre los pueblos Siona en Colombia. Se mudó a Brasil en la década de 1980, donde contribuyó a estudios de antropología médica, políticas de salud indígena, chamanismo, literatura oral y performance. A pesar de ser norteamericana, describe su perspectiva como parte de una “antropología de la periferia”, porque surgió de un enfoque de la antropología situado en el Sur Global, y fue influenciado por su rol y lugar como mujer científica (Langdon , 2013b: 2017). En la década de 1990, Langdon editó Chamanismo en Brasil: nuevas perspectivas (Xamanismo no Brasil: novas perspectivas), la primera recopilación de este tipo publicada en Brasil (Langdon, 1996). El libro enfatiza la relevancia del chamanismo como tema antropológico y llama la atención sobre el surgimiento de la investigación brasileña sobre el tema. También destaca la importancia de producir modelos teóricos más adecuados para entender el chamanismo como sistema, especialmente en lo que respecta a su carácter dinámico y su presencia en el mundo contemporáneo.

En sus escritos, Langdon propone abordar el chamanismo como un sistema cosmológico. Destaca las conexiones entre los sistemas chamánicos y la necesidad humana de expresión (cumplida por rituales, mitos, símbolos y narrativas), junto con la búsqueda de atribuir significado a la experiencia humana, y las cuestiones estéticas asociadas a esta necesidad. Langdon enfatiza que, si bien existen elementos comunes entre los diversos chamanismos amerindios, estos sistemas son heterogéneos, cambian constantemente y deben entenderse dentro de sus contextos culturales específicos. Otra característica importante de la obra de Langdon es el análisis de las narrativas de Siona sobre temas como las batallas chamánicas, los vuelos chamánicos en los sueños o los inducidos por el consumo de yajé (ayahuasca), y la enfermedad y muerte provocada por la brujería. Ella argumentó que en la década de 1970, cuando los Siona no pudieron realizar rituales colectivos con el yajé, sus narrativas jugaron un papel análogo al de los rituales del yajé, contribuyendo a la producción de conocimiento y a la reproducción de experiencias con los dominios invisibles de la realidad. Por tanto, la actuación verbal de las narrativas chamánicas expresaba una cosmología y prácticas que reflejaban una visión chamánica del mundo y la identidad étnica Siona (Langdon, 2020, p. 23).

Estas preocupaciones sobre la necesidad humana de expresión y estética son centrales en el estudio de Langdon de 2014 Cosmopolitics Among the Siona: Shamanism, Medicine and Family on the Putumayo River, que fue una versión actualizada de su tesis doctoral de la Universidad de Louisiana en 1974. Es basado en cuatro años de trabajo de campo realizado en la Reserva Indígena de Buena Vista, ubicada cerca de la ciudad de Puerto Assis, en la región del Putumayo en Colombia. También incluye el material de cuatro visitas al Putumayo entre 1980 y 1992. En todas estas visitas Langdon se dedicó a registrar las narrativas de Siona, habiendo recopilado más de 100 reportajes en lengua nativa sobre temas relacionados con el chamanismo. Esta etnografía se centró en el sistema médico Siona, estableciendo conexiones entre este sistema, el sistema chamánico y el consumo de yajé. Langdon destaca lo que ella llama praxis, es decir, la interacción entre significados simbólicos y acciones concretas en la vida cotidiana, revelando el surgimiento dinámico de la cultura y las constantes transformaciones de los sistemas chamánicos.

Redes chamánicas contemporáneas

Las reflexiones sobre el chamanismo han permeado la imaginación occidental durante más de 500 años. Los primeros registros de estas prácticas fueron hechos por viajeros y misioneros en los siglos XVI y XVII. A finales del siglo XIX los antropólogos comenzaron a estudiar este tema. En ese momento, el chamanismo se percibía como restringido a grupos específicos que compartían una cultura, historia y región geográfica comunes. Desde la década de 1950, otros actores sociales han comenzado a debatir sobre el chamanismo, incluidos los occidentales que buscan experiencias espirituales alternativas. Más recientemente, los propios pueblos indígenas se han convertido en actores centrales en la multiplicación de voces, perspectivas, representaciones rituales y prácticas chamánicas realizadas en entornos muy diversos (Langdon, 2013a, p. 20). Si bien el concepto de “chamán” se empleó originalmente principalmente en contextos académicos, actualmente este concepto es ampliamente utilizado por estos diferentes actores sociales contemporáneos. Por lo tanto, en muchos casos, los términos “chamán” y “chamanismo” han reemplazado a las palabras nativas que tradicionalmente se refieren a las diversas prácticas y los múltiples especialistas y practicantes rituales indígenas.

En Brasil, durante los últimos 20 años, ha habido una multiplicación de redes chamánicas contemporáneas que conectan a grupos y representantes indígenas con diversos actores no indígenas, incluidos grupos espirituales, ONGs, antropólogos y muchos otros. La ayahuasca juega un papel central en estas redes y es la sustancia psicoactiva más popular entre los grupos espirituales occidentales, a menudo asociada explícitamente con los chamanismos indígenas (Langdon, 2013). Las redes chamánicas contemporáneas se caracterizan por la circulación de un conjunto más o menos estandarizado de representaciones rituales, expresiones estéticas y objetos asociados a imágenes genéricas del chamanismo y la identidad indígena. Además, en estos escenarios es común encontrar una serie de imágenes y conceptos, como lo “ecológico” o “nativo espiritual”, el “conocimiento primordial” y la “medicina tradicional” (ver Langdon, 2013a; Langdon & Rose, 2012 , 2014). Es importante señalar que estos conceptos dan paso a muchas traducciones ambiguas, y son interpretados y utilizados de manera heterogénea por los diversos actores sociales que forman parte de estos círculos. Los líderes indígenas que participan en estas redes a menudo emplean estas imágenes y representaciones de manera creativa, para atender sus propios reclamos y necesidades.

El reciente crecimiento de las redes chamánicas contemporáneas se refleja en el aumento de los rituales indígenas dirigidos a una audiencia urbana de clase media, realizados en ciudades de todo el mundo. En Brasil, los festivales culturales indígenas se multiplican. Estos se llevan a cabo en aldeas indígenas, especialmente en la región amazónica, pero también en otras partes del país, e incluyen participantes tanto indígenas como no indígenas. El aumento de estas reuniones refleja la expansión de la agencia social y política indígena en estas redes, y los representantes indígenas están participando cada vez más y ganando visibilidad en las discusiones públicas brasileñas sobre la ayahuasca y otros temas que impactan a sus comunidades.

Como sugiere Langdon (2013a), la expansión de los chamanismos a entornos no indígenas requiere una reevaluación de los modelos analíticos clásicos del chamanismo. Señaló que el surgimiento de redes chamánicas contemporáneas ha contribuido a una renovación de las prácticas chamánicas Siona que aparentemente estaban en declive en la década de 1970. Langdon sugirió que su trabajo de campo en el Putumayo en la década de 1970 podría describirse como una situación de “chamanismo sin chamanes”. Señala que cuando abandonó el pueblo de Buenavista en 1974 había predicho la desaparición del sistema chamánico Siona. Influenciada por las teorías antropológicas imperantes, nunca hubiera imaginado la revitalización de este sistema chamánico, o que la ayahuasca se convertiría en una sustancia popular y mundialmente conocida, o incluso el surgimiento de un interés entre las poblaciones urbanas de clase media por esta bebida. Langdon destaca que en ese momento sus propias ideas sobre las culturas indígenas le habían impedido comprender la profundidad de la identidad indígena y la fuerza del chamanismo Siona (Langdon, 2020, p. 31).

En la década de 1980, algunos Siona habían comenzado a reanudar sus rituales de yajé, realizando sesiones dirigidas a sus vecinos mestizos y a visitantes no indígenas. También comenzaron a participar en las redes regionales de curación (curandeirismo) que forman parte del sistema médico popular colombiano (Langdon, 2013a). Además, a finales de esta misma década, algunos Siona se hicieron visibles y valorados en las redes chamánicas transnacionales contemporáneas. En estos escenarios, los nuevos taitas realizaron tomas de yajé para una audiencia compuesta por antropólogos, periodistas y otros profesionales urbanos (Langdon, 2016).

La mayor parte de la investigación sobre estos chamanismos contemporáneos indica que estos rituales están dirigidos especialmente a cuestiones individuales, psicológicas y terapéuticas. En este sentido, son muy diferentes a los rituales indígenas que tienden a priorizar aspectos públicos y colectivos.

La mayor parte de la investigación sobre estos chamanismos contemporáneos indica que estos rituales están dirigidos especialmente a cuestiones individuales, psicológicas y terapéuticas. En este sentido, son muy diferentes a los rituales indígenas que tienden a priorizar aspectos públicos y colectivos. Además, estas representaciones rituales tienden a reflejar un “chamanismo mucho más amoroso” (Langdon, 2020, p. 41), mostrando expresiones estéticas que representan un chamán amazónico genérico y no los chamanismos indígenas particulares. Así, en estas representaciones y discursos orientados a un público mayoritariamente urbano y no indígena, la ambigüedad y los aspectos relacionados con el canibalismo, la hechicería y la depredación suelen estar ausentes.

Hay varios informes etnográficos recientes de Brasil sobre diálogos y alianzas entre grupos indígenas y grupos espirituales no indígenas. Las investigaciones actuales sobre este tema destacan la creatividad y el dinamismo de estos movimientos contemporáneos. Los chamanismos de hoy se caracterizan por diálogos, controversias y equívocos entre varios grupos indígenas y no indígenas. También es importante enfatizar el creciente liderazgo indígena en estas redes, así como la agencia indígena creativa en general. Según el autor Jean-Pierre Chaumeil, en muchos casos estas reacciones indígenas y las nuevas versiones del chamanismo resultantes de estos procesos son sorprendentes e incluso contrarias a las imágenes y expectativas antropológicas.

El concepto de redes chamánicas contemporáneas (Langdon, 2013a) supera estas dicotomías, enfatizando las características extremadamente dinámicas y creativas de estos movimientos actuales. Las redes chamánicas contemporáneas son fenómenos caracterizados por la constante construcción y multiplicación de prácticas rituales y sistemas simbólicos. Estas prácticas cruzan varias fronteras —geográficas, simbólicas, políticas y conceptuales— invitándonos a cuestionar las rígidas dicotomías occidentales como “bosque / ciudad”, “indígena / no indígena” y “tradicional / moderno”.

Langdon (2014) ha argumentado que los estudios antropológicos sobre el chamanismo revelan una historia de la antropología misma. Las preocupaciones, conceptos y cuestiones antropológicas en la década de 1970 y en la actualidad son completamente diferentes. Los trabajos de Jean Langdon sobre el chamanismo durante más de medio siglo reflejan estas transformaciones y también trazan los cambios que han ocurrido en los chamanismos indígenas y sus conexiones con el llamado “mundo no indígena”. Sin embargo, a pesar de estos cambios, algunos temas permanecen constantes en sus escritos sobre el chamanismo y la ayahuasca, como el énfasis en las asociaciones entre los sistemas chamánicos y la necesidad humana de expresión; el análisis de las cuestiones estéticas asociadas a esta necesidad de expresión; el foco en la creatividad y la reinvención constante; el carácter dinámico y la heterogeneidad que caracterizan a los chamanismos amerindios; y el concepto de praxis, que llama la atención sobre la relación entre significados simbólicos y acción concreta en la vida cotidiana.

Este artículo fue originalmente publicado en inglés por Chacruna Institute.

Artículo traducido por Ibrahim Gabriell.

Portada e ilustración interior de Trey Brasher.

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