Kewal Wright, MA, es escritora, investigadora y organizadora comunitaria residente en Phoenix, Arizona. Sus escritos giran en torno a la sexualidad, los psicodélicos, la salud mental, la sanación y la espiritualidad.
“¡Recibe todo lo que siempre has querido!” Las indicaciones llegaron en voz alta, era como la voz de un locutor resonando en mi conciencia mientras me inundaba más amor del que podía contener. Sentada en una ceremonia de ayahuasca, la última noche del año, me encontré en medio de una experiencia intensamente placentera, aunque de alguna manera aterradora. Durante toda la noche, como una ola tras otra, la voz del locutor vino a decirme que recibiera y yo me sentía abrumada de placer, amor y aceptación. Al mismo tiempo me esforzaba por estar en la experiencia, luchaba con mi propio sentido de dignidad y temblaba de miedo por lo que podría suceder luego. Me sorprendió descubrir cuán difícil era recibir en abundancia las mismas cosas que a menudo anhelaba. Esa noche se convirtió en una gran enseñanza sobre cómo recibir placer, aceptación y amor; e iluminó mis propias barreras mentales hacia la felicidad.
Antes de asistir a esa ceremonia, había estado investigando sobre el placer como un derecho humano. A lo largo de los años, buena parte de mi investigación académica estuvo centrada en la sexualidad humana y el tema del placer estaba emergiendo como un interés potente y quizás revolucionario. Estaba en el proceso de diseñar un pequeño estudio para investigar cómo el uso de enteógenos podía afectar la sexualidad, pero no necesariamente esperaba recibir información directa sobre el tema a través de mi experiencia con plantas medicinales. De hecho, pasó más de un año antes de que conectara los puntos y me diera cuenta de que la información que recibí esa noche no sólo era útil para mí personalmente, sino también muy relevante para mi investigación.
El placer puede tomar muchas formas y es una parte integral de la experiencia humana, pero para algunos puede ser una fuente de vergüenza, confusión y represión. La apertura al placer puede ser obstaculizada por traumas del pasado, condicionamientos familiares o luchas de auto aceptación, entre otras influencias. En particular el placer sexual puede ser un tema muy cargado. El proceso de abrirse al placer puede convertirse en un ajuste de cuentas con el condicionamiento social, la autoestima y la capacidad para recibir. Las experiencias psicodélicas pueden llevarnos a cuestionar algunos o todos estos asuntos, y para muchos pueden abrir un camino hacia una nueva comprensión del placer. Todo esto me condujo a querer investigar más, tanto a nivel personal como académicamente.
Menos vergüenza, más aceptación
En 2020-2021 realicé un estudio exploratorio en la Universidad Estatal de Arizona en el que 65 participantes completaron una encuesta sobre sexualidad y uso de enteógenos. Indagué sobre numerosos aspectos de la sexualidad, incluidas algunas preguntas específicas sobre el placer. La mayoría de los participantes relató que se sentían más abiertos al placer (tanto sexual como de otro tipo) desde que trabajaron con enteógenos tales como los hongos de pscilocibina, la ayahuasca, el peyote y san Pedro.
Entre los participantes de mi estudio la reducción de la vergüenza fue una pieza frecuente y relevante del rompecabezas. Así lo dijo una participante de unos 40 años: “Me siento empoderada para buscar mi placer sin culpa ni vergüenza, creo que las plantas medicinales me mostraron cómo disfrutarme en tanto una energía femenina”. Un participante de unos 50 años lo describió como una apertura al “placer en general, en todos los aspectos de la vida”, explicando además: “sexualmente estoy más tranquilo y abierto al proceso, a la interacción; dejo que las cosas progresen y pasen naturalmente, en lugar de ir con una agenda. Para mí, es más fácil que antes comunicar lo que quiero o deseo, sin vergüenza”.
Las experiencias psicodélicas pueden ayudar a procesar traumas que nos han hundido en la vergüenza o la represión. A medida que estos problemas salen a la luz, puede haber más espacio para respirar, para la libertad, el empoderamiento y la comprensión de lo que realmente sentimos o deseamos.
El placer como un derecho humano
Los mensajes de la sociedad suelen presentar a la sexualidad como algo peligroso, especialmente para las mujeres, y se centran en los aspectos negativos más que en los deseos y el placer de las mujeres. En el libro Women, Sexuality, and the Political Power of Pleasure (Mujeres, sexualidad y el poder político del placer), publicado en 2013, Susie Jolly, Andrea Cornwall y Kate Hawkins explican que los medios y las pautas sociales perpetúan las ideas de que el placer sexual es relevante sólo para ciertas personas con cuerpos jóvenes y hábiles, y que ciertos tipos de placer sexual son superiores a otros. Las autoras señalan que el sexo heterosexual tiene prioridad social; y mientras las mujeres son equiparadas con la pureza y la moderación sexual, los hombres son equiparados con el poder sexual. De esta manera, reclamar el placer es una forma de reclamar la agencia, quizás más especialmente para aquellos que han experimentado la represión sexual. A través del autodescubrimiento iniciado en las experiencias psicodélicas es posible recuperar más agencia y también expandir la capacidad de consentir más placer.
Jolly, Cornwall y Hawkins explican que el placer sexual puede ser visto como un derecho humano, señalando derechos básicos como conocer y disfrutar nuestros órganos sexuales, tener relaciones sexuales independientemente del estado civil y el derecho a experimentar orgasmos, deseos y necesidades sexuales. Pero además también tenemos derecho a no vivir estas experiencias si esa es nuestra elección. Los psicodélicos pueden invitarnos a cuestionar mensajes sociales limitantes y empoderarnos para hablar sobre lo que queremos o no queremos. Esto puede llevarnos a un mayor respeto por nuestras relaciones y nuestra sexualidad.
Los psicodélicos también pueden iluminar patrones, lo que hace más probable elegir opciones diferentes en las relaciones, los roles de género y la expresión sexual, permitiendo alcanzar mayor placer en todos los aspectos. Por ejemplo, algunos de los participantes en mi estudio reportaron que después de usar enteógenos sintieron una mayor aceptación de sus deseos sexuales, consideraron exploraciones sexuales nuevas y diferentes, y sostener relaciones sexuales con géneros que antes no se habían permitido. Para estos participantes los psicodélicos no cambiaron su orientación o sus deseos, los psicodélicos afectaron su sentido de auto aceptación, llevándolos a reconocer deseos que previamente podían haber negado. Esto, a su vez, los autorizó para sentir más placer.
El lado oscuro de la apertura a nuevas experiencias y placeres es que puede ponernos en una posición vulnerable, particularmente si esa apertura ocurre mientras estamos en un estado alterado. Este nivel de apertura puede prestarse para abusos, como en los casos de facilitadores psicodélicos que toman ventaja de los participantes y los conducen a encuentros sexuales con el pretexto de la curación. Este problema destaca la importancia de trabajar con facilitadores que se mantengan íntegros y seleccionen cuidadosamente los ambientes en donde son explorados estos estados. Para obtener consideraciones de seguridad saludables, consulte las Guías para la concientización sobre el abuso sexual que son específicas para los entornos de ayahuasca, pero brindan información útil que también puede ser aplicada a otros escenarios psicodélicos.
Placer como auto cuidado
A lo largo de los complejos procesos de las experiencias psicodélicas y de su integración puede haber momentos en los que se necesiten prácticas adicionales de autocuidado, apoyo o relajación. A menudo estas prácticas brindan placer y pueden ser grandes pasos para fomentar el amor propio. Como escribe Françoise Bouzart en Consciousness Medicine (Medicina de la consciencia) (2019), “la atención a las necesidades y los deseos personales, así como el amor propio, posiblemente son las experiencias más transformadoras que podemos tener en un estado expandido de conciencia”.
El autocuidado que surge del amor propio puede involucrar placeres sencillos como escuchar música edificante, aceptar el apoyo de un guía o facilitador durante una experiencia psicodélica, pasar tiempo en la naturaleza o dar la bienvenida al amor en sus diversas formas. A medida que nos amamos más a nosotros mismos, podemos aceptar mayor placer; y a la inversa, concedernos más placer puede ser una vía para amarnos más.
Los viajes psicodélicos pueden ser muy poderosos, pero, frecuentemente, la comprensión aumenta a través de la integración que ocurre en los días y semanas siguientes. Una cosa es abrirse al placer en un estado alterado, pero un cambio continuo y sostenido se logra al tomar conciencia en el día a día. En mis experiencias, encuentro estas oportunidades como invitaciones a ser más lúcida en mis elecciones de sí o no, a tener más compasión por mí para expandir la capacidad de recibir amor y apoyo, y a conectarme con pequeñas alegrías en medio de todo. Esto nos conduce a una mayor apertura al placer.
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Activismo del placer
Una de mis escritoras favoritas sobre el tema del placer es Adrienne Maree Brown, quien explora la experiencia personal y el placer empoderados, ilustrando las muchas formas en que el placer es una parte importante de la vida. En Pleasure Activism (Activismo del placer) (2019) Brown describe el placer como “una medida de libertad”, afirmando que la “liberación [es] posible cuando nos orientamos colectivamente hacia el placer y el anhelo”. Ella comparte la idea del “activismo del placer”, con la cual reconoce que existen políticas y dinámicas de poder conectadas con todo lo que nos ayuda a sentirnos bien, esto “incluye el sexo y lo erótico, las drogas, la moda, el humor, el trabajo apasionado, la lectura, la cocina y la comida, la música y otras artes, y mucho más” (Bronw, 2019).
El placer es posible a lo largo de toda la vida y en muchos aspectos. Así lo compartió una participante de mi estudio de unos 60 años: “¡Ahora todo se trata de placer! Comida, sexo, familia, trabajo”. Entre algunos participantes la conexión con el placer incluía el placer sexual, pero también se extendía a otras formas. A menudo vemos esto en el éxtasis de las sesiones psicodélicas, cuando la percepción aumentada brinda un profundo deleite en el sabor de una fresa o en la belleza del cielo nocturno.
En mi intensa experiencia de Noche Vieja, descubrí que vacilaba y tenía miedo de aceptar tanto placer. Yo estaba, en muchos sentidos, más familiarizada con el dolor. Quería sentir placer, pero cuando me enfrenté a él me sentí vulnerable y me esforcé por estar completamente presente. Me preparé mentalmente anticipándome a la dificultad que podría venir a continuación. Mientras tanto, la ayahuasca seguía llegando con una avalancha de amor. Después de esa experiencia, pude percibir esto como un patrón en mi vida cotidiana, notando temores ante el placer y comodidad en la familiaridad del dolor. Esto me permitió cuestionar ese patrón, habilitándome para reconocer mi miedo y elegir abrazar más placer en todas las áreas de la vida.
La apertura al placer en la experiencia psicodélica –ya sea al placer físico o a tipos más místicos de placer- puede ser un camino para aprender a autorizarnos y aceptar un mayor disfrute en la existencia cotidiana. Quizás, a través de los psicodélicos, podamos comenzar a reconocernos como merecedores de placer y expandir nuestra capacidad de recibir. Al aprender a amarnos y aceptarnos más, podemos recibir más placer en diversas formas, grandes y pequeños deleites. Reivindicar el derecho al placer puede ser una de las formas en que nos liberamos.
Traducción de Jenny Nava Díaz
Portada de Mariom Luna
Referencias
Bourzat, F. (2019). Consciousness medicine: Indigenous wisdom, entheogens, and expanded states of consciousness for healing and growth. Berkeley, CA: North Atlantic Books.
Brown, A. M. (2019). Pleasure activism: The politics of feeling good. Chico, CA: AK Press.
Jolly, S., Cornwall, A., & Hawkins, K. (2013). “Introduction: Women, sexuality and the political power of pleasure”. In Jolly, S. (Ed.) Women, sexuality and the political power of pleasure: Sex, gender and empowerment (pp.1-27.) New York, NY: Zed Books.
Khalsa, K. (2021). Impacts of entheogen use on the experience and expression of sexuality [Trabajo de maestría inédito]. Arizona State University.