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Una guía de audio para reducir riesgos en la terapia psicodélica

Esta guía proporciona una serie de consejos prácticos y recomendaciones para asegurar una calidad de sonido óptima durante sesiones de psicoterapia psicodélica donde se utiliza música como parte de la experiencia. El propósito de garantizar una alta calidad de audio es mejorar la ambientación y la experiencia general del participante.

Matt "River" Baldwin
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Matt "River" Baldwin, MFT, es un músico y psicoterapeuta que vive en San Francisco. Es alumno del Programa de Investigación y Psicoterapias Asistidas Por Psicodélicos del Instituto de Estudios Integrales de California (2017). Ha producido 9 álbumes de música con su propio nombre, ha colaborado con una variedad de artistas y ha realizado numerosas giras como intérprete. Se especializa en el uso de la música en la psicoterapia psicodélica y ha diseñado listas de reproducción para un ensayo de MDMA de fase 3 de MAPS y una variedad de otras aplicaciones. River tiene una licenciatura en retórica de la Universidad de California en Berkeley y una maestría en consejería psicológica de la Universidad John F. Kennedy.

“Su propósito es hacer notar que la calidad del sonido musical es una parte importante de la ambientación —tal como lo son el set y setting— en la psicoterapia psicodélica”

Michael y Annie Mithoefer me sugirieron escribir esta guía después de molestarlos con preguntas sobre el audio durante una capacitación en psicoterapia asistida con MDMA, llevada a cabo el pasado mes de junio. Su propósito es hacer notar que la calidad del sonido musical es una parte importante de la ambientación —tal como lo son el set y setting— en la psicoterapia psicodélica, y luego mostrar cómo evitar cometer errores básicos que puedan afectar la experiencia del participante con la música.

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“Es necesario tener cuidado con la elección de todos los factores adicionales y el entorno que intervienen en la psicoterapia psicodélica. Una analogía útil es pensar en el sonido como si fuera luz”.

Los psicoterapeutas trabajan con sutilezas. El estado de ánimo del terapeuta, su elección de palabras, lenguaje corporal y la atmósfera de los espacios en los que ejerce contribuyen directamente a la eficacia de su trabajo. Añadir psicodélicos a la ecuación puede intensificar drásticamente la conciencia del participante de estas sutilezas, por lo que es necesario tener cuidado con la elección de todos los factores adicionales y el entorno que intervienen en la psicoterapia psicodélica. Una analogía útil es pensar en el sonido como si fuera luz. Cuando se prepara una sala para una sesión de terapia psicodélica, ¿parece buena idea iluminarla con un conjunto de bombillas fluorescentes, brillantes y desnudas? Por supuesto que no. Puede que cumpla su función en cuanto a la iluminación básica, pero también puede hacer que las personas expuestas a ella se sientan disfóricas y exhaustas. Los que trabajan en la producción de sonido suelen estar de acuerdo en que un sonido digital de mala calidad tiene un efecto igualmente agotador en los oídos y puede afectar la experiencia de disfrutar una pieza musical.

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En el trabajo terapéutico con psicodélicos, la música actúa como un acompañamiento durante todo el periodo de efecto de la sustancia, lo que significa que el participante pasa muchas horas continuas usando auriculares. Esto requiere una configuración de reproducción de música que sea cómoda, confiable y que suene bien. Todos sabemos cómo se siente cuando se escucha una canción (especialmente a través de los auriculares, a menudo en Internet) y te encuentras pensando: aquí hay algo mal, esto suena terrible. Eso suele ser resultado de archivos de música de mala calidad o de un equipo defectuoso. Esta guía da por sentado que el terapeuta utiliza equipos de sonido de consumo masivo y archivos de música digital, probablemente MP3, para crear listas de reproducción, porque este tipo de archivos es el estándar actual de la industria y la mayoría de las personas los utiliza, sean conscientes de ello o no. Quizás los archivos MP3 necesiten una breve explicación.

“Para que el archivo sea aún más pequeño, la compresión MP3 elimina permanentemente parte de la información sonora del archivo original, información que se supone que está fuera de nuestro rango normal de audición”

Un MP3 es el tipo de archivo disponible en Apple Music o Spotify, y el que se utiliza para el sonido en los videos de YouTube. Estos archivos son compatibles con todos los reproductores de música digital y pueden sonar bien. Por lo general, ocupan mucho menos espacio en el disco duro que otros tipos de archivos de música digital. De hecho, un archivo MP3 puede ser hasta un 95 % más pequeño que un archivo comparable de calidad CD. Esto se logra mediante la compresión, que consiste en plegar y doblar el archivo como una tienda de campaña. Para que el archivo sea aún más pequeño, la compresión MP3 elimina permanentemente parte de la información sonora del archivo original, información que se supone que está fuera de nuestro rango normal de audición. Esto es relativamente cierto, porque si un archivo se comprime lo suficiente y se elimina suficiente información, entonces sí que hay una diferencia audible: a menudo se manifiesta como un horrible silbido arremolinado en los sonidos de alta frecuencia producidos por instrumentos como los platillos y en los sonidos vocales sibilantes.

La buena noticia es que las soluciones son bastante sencillas. Esta guía, presentada como una lista de heurísticos o consejos prácticos, te ayudará a sortear los problemas básicos relacionados con la calidad del sonido en el contexto de la psicoterapia psicodélica. Ha sido pensada para ser leída con la simplicidad de un libro de cocina.

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Heurística de audio para la psicoterapia psicodélica 

Elige el software: iTunes y Spotify son actualmente los reproductores de música digital más populares. Spotify está conectado a un servicio de transmisión/descarga de contenidos (streaming) que extrae sus archivos de un catálogo de más de 35 millones de canciones. iTunes hace lo mismo a través de un servicio llamado Apple Music. Ambos son buenos para hacer listas de reproducción y ofrecen muchas de las mismas funciones. Los dos tienen un costo de 10 dólares al mes para acceder a archivos de mayor calidad y escuchar sin conexión, lo cual es importante; explicaré el motivo más adelante.

Elige el hardware: La configuración ideal es utilizar un iPod o una computadora portátil conectada a un sistema estéreo que incluya auriculares y altavoces con controles de volumen independientes. Los altavoces le permiten al terapeuta seguir la experiencia del participante con la música, y le dan la opción al participante de quitarse los auriculares y continuar apreciando la música, pero de una manera menos inmersiva. Si se utiliza una computadora portátil como reproductor de música, hay que asegurarse de desactivar cualquier alerta o ventana emergente que haga ruido o interrumpa la reproducción. Si se utiliza un iPhone o un smartphone similar, debe ponerlo en modo avión para evitar interrupciones y que el cable de los auriculares transmita radiaciones de frecuencias electromagnéticas a la cabeza del oyente. Asegúrese de que los dispositivos estén completamente cargados y las fuentes de alimentación conectadas o disponibles.

Los MP3 son una opción válida: Aunque algunos audiófilos no estén de acuerdo, pueden sonar muy bien siempre que no sean demasiado pequeños. El tamaño de un MP3 se mide en kilobytes por segundo (kbps). 320 kbps se considera un archivo de alta calidad. En archivos más pequeños (por ejemplo, 256 kbps) empieza a producirse una distorsión audible. No utilice archivos de menos de 320 kbps.

“Los usuarios de Spotify Premium y Apple Music pueden descargar archivos locales para escucharlos ‘sin conexión’ con una configuración equivalente a 320 kbps. Esta es una buena opción”.

Utiliza archivos locales en lugar de contenido en línea: Todos los archivos de música deben ser locales, es decir, descargados y almacenados en una computadora o dispositivo propio. Esta es la única manera de tener archivos de alta calidad que se reproduzcan de forma regular. Los servicios de streaming ofrecen música de menor calidad (por defecto entre 96 y 256 kbps) y la conexión promedio a Internet, especialmente mediante Wi-Fi, no suele ser lo suficientemente fiable como para transmitir horas de música sin algún tipo de interrupción. Los usuarios de Spotify Premium y Apple Music pueden descargar archivos locales para escucharlos ‘sin conexión’ con una configuración equivalente a 320 kbps. Esta es una buena opción.

Comprueba la calidad de los archivos: Esta revisión es necesaria sólo si utilizas iTunes para trabajar con archivos que no se descargaron desde Apple Music; esto incluiría música copiada de CD, transferida desde ordenadores de amigos y descargada de diversos lugares de Internet. En iTunes, esto se hace seleccionando la canción en cuestión y presionando Comando-I. Se abre una pequeña ventana con varios botones en la parte superior; haga clic en el que está en el extremo derecho que dice “Archivo” (File). Se abrirá otra ventana que contiene una lista de información sobre ese archivo. Una sección se llama “Tasa de bits” (Bit Rate), ahí debería decir 320 kbps. Considere reemplazar los archivos que tengan un tamaño menor a este. En Spotify no es posible hacer esta verificación porque, aunque permite añadir archivos a listas de reproducción desde fuentes distintas a la biblioteca de Spotify, no ofrece una forma de comprobar la calidad de los archivos una vez subidos. Es importante asegurarse previamente que los archivos que no proceden de Spotify tengan la calidad mínima necesaria.

Configura la importación de música a 320 kbps o superior: De nuevo, esto sólo aplica para iTunes. Spotify no permite ajustar la configuración de importación. En iTunes, busca “Preferencias” (Preferences), ve a “Ajustes de importación” (Import Settings). Luego haz clic en “Importar usando” (Import Using) y selecciona “Codificador MP3” (MP3 Encoder). Allí encontrarás un control deslizante que te permitirá desplazarte para seleccionar el número de kbps. Deslízalo hasta 320 kbps. Si no ves el control deslizante (porque tienes una versión diferente de iTunes), selecciona “Personalizado” (Custom) y entonces podrás mover el control deslizante a 320 kbps. A partir de ese momento, todos los archivos de música que entren en iTunes se convertirán a 320 kbps.

Los archivos se convierten hacia abajo, no hacia arriba: La información que se pierde en el proceso de convertir un archivo de sonido más grande a uno más pequeño desaparece para siempre. Técnicamente hablando, puedes tomar un archivo de 128 kbps y convertirlo en uno de 320 kbps, pero siempre sonará como un archivo de 128 kbps.

Obtener música de CDs producidos comercialmente es una buena opción: Los CDs producidos comercialmente suelen tener muy buena calidad de sonido, con archivos mucho más ricos que los MP3. Cópialos en tu iTunes si tu computadora todavía tiene unidad de CD. 

Utiliza buenos auriculares: Producirán un sonido de mayor calidad y serán más cómodos para sesiones largas. La mayoría de los auriculares se diseñaron para usarlos una o dos horas en el gimnasio. Los buenos auriculares de estudio están pensados para una jornada laboral completa y, por lo tanto, son mucho más cómodos. Yo uso un par de auriculares Beyerdynamic dt-770; suenan de maravilla, son duraderos y tienen unas cómodas almohadillas de terciopelo que cubren completamente los oídos, bloqueando el ruido externo y sumergiendo al oyente en la música. Estos auriculares también vienen con un cable de tres metros, lo cual resulta práctico si el oyente desea desplazarse o situarse lejos del equipo de sonido. Los auriculares, sobre todo los buenos, revelan la calidad de los archivos de música.

No utilices altavoces o auriculares inalámbricos Bluetooth: Estos dispositivos suelen ofrecer un sonido de resolución notablemente inferior. Aunque la calidad de sonido de los auriculares Bluetooth está mejorando, todavía no es tan buena como la de sus contrapartes con cable. Además, la tecnología inalámbrica sigue siendo muy poco fiable y puede presentar cortes e interrupciones por diversas razones. Por otro lado, los auriculares con cable nunca se quedarán sin baterías.

Nunca uses auriculares de botón (in-ear): Estos dispositivos producen sonido de baja calidad y pueden ser perjudiciales para el oído. Al colocar el altavoz dentro del canal auditivo, en comparación con otros auriculares, puede aumentar el volumen de la música en aproximadamente 10 decibeles sin que el oyente lo note. Además, estos auriculares no bloquean adecuadamente los sonidos externos, lo que lleva al oyente a aumentar el volumen y causar aún más daño en el oído.

No es necesario utilizar auriculares con cancelación de ruido: La sala de tratamiento debe ser lo suficientemente silenciosa y la música lo bastante envolvente como para que no haya necesidad de usar auriculares con cancelación de ruido. El principal problema que podrían presentar los auriculares con cancelación de ruido en el contexto de terapia psicodélica es que son tan eficaces que pueden dificultar la comunicación con la persona que los lleva puestos.

Antes de la sesión, verifica los archivos y la lista de reproducción: Escucha cada lista de reproducción de principio a fin. Esto no sólo es importante para asegurar el flujo subjetivo de la experiencia que se pretende para el oyente, sino también para detectar posibles problemas en los archivos. Las canciones descargadas, especialmente las copias piratas, pueden estar dañadas, tener fallas, cortes y ráfagas de estática digital que suenan como si pasaran papel de lija sobre el tímpano al oyente. Reemplaza las pistas que presenten problemas.

Haz una copia de seguridad de la lista de reproducción en un segundo dispositivo, como por ejemplo un iPod. Los dispositivos pueden fallar y morir repentinamente.

Haz copias de seguridad de todos los archivos de música en un disco duro o en la nube. Hoy en día las unidades de terabyte y las suscripciones a iCloud son asequibles. Los archivos locales necesitan una póliza de seguros.

Confía en tus oídos: Si algo suena mal, sigue los pasos anteriores para solucionar el problema. Si el problema persiste, consulta con alguien que tenga conocimientos sobre audio.

Una vez que hayas logrado una buena calidad de audio, no pienses mucho más en todo esto. Concéntrate en disfrutar la música y crear las mejores experiencias posibles con las listas de reproducción. Cuanto más profundices en este trabajo, más claro te quedará que la música en sí es una forma de medicina tan poderosa como el MDMA o la psilocibina. Por lo tanto, debe ser tratada con la misma reverencia que cualquier otra parte del proceso. ¡Buena suerte!

Traducción de Jenny Nava Díaz
Portada de Fernanda Cervantes

Artículo publicado originalmente en Chacruna Institute

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