Educación pública sobre plantas psicoactivas, ahora en portugués y español.
Educação pública sobre plantas psicoativas agora em português e espanhol.
Por José Manuel Valenzuela (El Colegio de la Frontera)
Entre los sectores populares de México, el corrido es la expresión narrativa que ha tenido mayor éxito en la recreación de figuras y estereotipos del narcomundo, presentando a sus personajes, escenas y (contra)valores. Nos encontramos frente a la cuarta generación de corridos que recrean escenarios del contrabando como tema principal y frente a la tercera expresión reconocible de narcocorridos.
Durante la primera mitad del siglo veinte se registraron corridos que incorporaban al contrabando como tema principal (aunque ya había corridos y canciones que registraban el gusto por drogas diversas como alcohol y marihuana), entre estos podemos identificar: El contrabando del Paso (1928) y los corridos de contrabandistas tequileros que surgieron durante la ley Volstead (1919-1933).
A lo largo del siglo XX, se produjeron corridos que podrían definir a la primera generación de narcocorridos. Juan Carlos Ramírez identifica dos corridos seminales grabados en los años treinta. La canción de El Pablote, reconocido como el Rey de la Morfina, de José Rosales (1934) y Morfina y Cocaína de Manuel Cuellar (1934). Podemos suponer que estos temas y personajes aparecían en los cantos populares antes de ser registrados en el acetato y muchos de ellos vivieron en la memoria popular hasta desvanecerse con el paso del tiempo sin que hubieran convocado el interés de las casas discográficas.
Una segunda generación de narcocorridos se hizo visible a partir de la década de los años sesenta acompañando el resurgimiento de la siembra y trasiego de drogas, principalmente los derivados del opio, marihuana y cocaína. Esta producción de corridos encontró en Los Tigres del Norte a sus más afamados intérpretes y Contrabando y Traición (1972) de Ángel González, devino expresión emblemática, mientras que Teodoro Bello (Jefe de jefes, Pacas de a Kilo, La Reina del Sur, La Granja) y Paulino Vargas (La banda del carro rojo, Lamberto Quintero), los corridistas más reconocidos. Como identifiqué hace algunos años en el libro Jefe de jefes. Corridos y narcocultura en México (Valenzuela, 2002), los códigos que definen al narcomundo, desde las recreaciones de los corridos, son:
1. Las drogas, donde se alude a sus efectos, bondades y perjuicios, así como la exaltación hedonista del consumo.
2. La empresa y asuntos del negocio y sus diferentes fases, como son la producción, trasiego, distribución y realización mediante venta y lavado de del dinero.
3. El poder, donde se exaltan los méritos, privilegios, y capacidades ilimitadas de decisión de los reyes, los dones, los jefes, los chacas, los mero meros, poder que incluye amplia capacidad de consumo, de acceso a las más bellas mujeres, de someter y corromper a las autoridades y de decidir sobre la vida o la muerte de las personas.
4. Los organismos policiales y militares, generalmente colocados como cómplices de los narcotraficantes o subordinados a ellos.
5. El negocio del narco en Estados Unidos, país considerado como tierra de oportunidades relacionadas con la distribución y consumo de drogas. Desde las recreaciones que se realizan en los narcocorridos, el problema es cruzar a droga al norte de la frontera mexicana, pues en Estados Unidos todo parece caminar sobre seguro.
6. El machismo, donde se pondera la condición acentuada de la supremacía masculina anclada al orden patriarcal. El machismo incluye la exacerbación de rasgos violentos, de desprecio a las mujeres, de su utilización como caja de resonancia de las supuestas virtudes masculinas, el culto al sueño del galán hipersexual. La identificación de relaciones de género construidas desde la cosificación de las mujeres identificadas como trofeos y objetos escenográficos.
7. También identificamos el reconocimiento de mujeres audaces al estilo de Camelia la Texana, Margarita la de Tijuana, También las mujeres pueden y algunos otros, donde se presenta una condición en la cual la mujer tiene características que le asemejan al protagonismo masculino por su arrojo, audacia, valentía, indolencia, crueldad e impiedad.
8. La valentía, que usualmente se encuentra investida de elementos machistas y desplantes nacionalistas o regionalistas.
9. Las ponderación identitaria de los rasgos nacionales y regionales la lealtad y las adscripciones y exaltaciones regionalistas. Lo destacable es la recuperación de elementos geoantrópicos que definen gente con rasgos excepcionales por su valor, arrojo y entereza.
10. La lealtad, como atributo necesario para la seguridad y permanencia del negocio, pero también como rasgo ponderado que define la especial condición de ciertos hombres y mujeres.
Las historias inscritas en estos narcocorridos se conforman a partir de narrativas que recurren a metáforas y temas relacionados con el poder y los personajes del narco, como ejemplifica el corrido Pacas de a Kilo de Los Tigres del Norte, donde se destaca la complicidad del poder presidencial con el narcotráfico: “Los pinos me dan la sombra, mi rancho pacas de a Kilo”. Sin embargo, metáforas y eufemismos cedieron el paso a narrativas más directas cuando la presencia del narco se volvió visible, insoslayable.
Los narcocorridos incorporaron lenguajes francos, al tiempo que se masificaba su consumo a pesar de que se prohibió su difusión en los Medios Masivos de Comunicación. (Valenzuela: Jefe de jefes e Impecable y diamantina), ya que en 2001, la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado censuró los narcocorridos en radio y televisión. Posteriormente, Mario López Valdez, Gobernador de Sinaloa (2011-2016), los prohibió en restaurantes, centros de baile y bares (2011), Mientras que Evelio Plata, Alcalde de Navolato, Sinaloa (2011-2013), propuso prohibir el uso de minifaldas para prevenir embarazos y, el mismo año, gobernador de Chihuahua, Cesar Horacio Duarte (2010-2016), propuso que los ninis realizaran servicio militar obligatorio para evitar que fueran reclutados por el crimen organizado. Estas medidas ilustran la perspectiva superficial, ígnara, punitiva y autoritaria de muchos actores de la política.
El llamado crimen organizado fue ampliando su presencia a partir de redes de corrupción, impunidad y un enorme poder sustentado en el miedo y en cañonazos de dinero, ofertas irresistibles para cuerpos policiales con altos niveles de descomposición. Los corridos registraron estos eventos y recrudecieron su estilo narrativo mediante discursos más directos, escenas reconocibles y textos que aupaban a figuras importantes de los grupos dominantes en la producción y trasiego de drogas. Esta tercera generación de narcocorridos se les conoció como Corridos Perrones y tuvieron en Los Tucanes de Tijuana a sus mejores exponentes a través de composiciones como: La Piñata, Mis tres animales, La Perra, Vicente Zambada, El Chapo Guzmán, El Muletas, entre otros.
La cuarta generación de narcocorridos encontró en El Movimiento Alterado su canal de expresión. Podemos destacar que los códigos que definen a los alterados, también auto identificados como ondeados o enfermos, continúan la línea de los narcocorridos anteriores, pero más radicales, extremos y explícitos. Este movimiento construyó una condición espejo con la violencia que se ha vivido desde los albores del siglo XXI, y se regodeó en narrativas que festejaban la violencia, los levantones, las ejecuciones, la valentía machista, la estética buchona, la cosificación de las mujeres, la fetichización de armas y carros, la exaltación de estados etílicos, alterados u ondeados y la pleitesía impúdica con los meros meros, los jefes de jefes, los chacas de chacas, los papás de los pollitos.
El Movimiento Alterado surgió a partir de la compañía: La Disco Music & Twiins Enterprices, fundada en 1991 por los Cuates Omar y Alfonso Valenzuela Rivera y se encuentra formado por intérpretes como El Komander, Los Buitres, Noel Torres, El RM (Rogelio Martínez), Oscar García, Larry Hernández, Los Cuates Valenzuela, Los Buchones de Culiacán, Los Bukanas de Culiacán, Los Primos y Erik Estrada. Los títulos de las canciones denotan las temáticas de los corridos alterados, entre ellos podemos destacar: 100 balazos al blindaje, Balas expansivas, El Chino Antrax, Cuernito Armani, La fiesta del Cártel, Descargas de R, Mayo Zambada, Les dicen Buchonas, Matando y cortando cuellos, Loco y Ondeado, Soy un Sicario, Alterados y Ondeados.