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Las sustancias enteógenas en el tratamiento de la adicción a sustancias de abuso

La adicción a las drogas puede ser visto como un trastorno crónico recurrente, el cual implica la dependencia a una o múltiples sustancias, y en casos graves conlleva la pérdida del control sobre su consumo. Este consumo descontrolado puede acarrear graves consecuencias, a mediano y largo plazo, sobre el individuo tales como trastornos físicos y psicológicos.

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Hector Vargas Perez es Doctor en Ciencias Biomédicas graduado del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ha realizado estancias de Investigación en la Universidad Louis Pasteu, Estrasburgo, Francia y en la Universidad de Toronto, Toronto, Canadá. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores Mexicano (SNI), nivel 1. Su principal área de interés es la plasticidad neuronal, patologías y potencial terapia. Sus logros se han visto reflejados en publicaciones en revistas científicas de primer nivel (tales como Nature Neurosciences y Sciences), como Director Técnico en el Sistema Penitenciario Federal, y en el desarrollo de proyectos que tienen como objetivo implementar novedosos tratamientos para individuos que sufren de enfermedades mentales asociadas a la motivación aversiva, como depresión, ansiedad, adicción y estrés post-traumático.

La adicción a las drogas puede ser visto como un trastorno crónico recurrente, el cual implica la dependencia a una o múltiples sustancias, y en casos graves conlleva la pérdida del control sobre su consumo.

Este consumo descontrolado puede acarrear graves consecuencias, a mediano y largo plazo, sobre el individuo tales como trastornos físicos y psicológicos.

Según un reporte de la Organización Mundial de la salud (OMS) de 2011, la adicción a las sustancias de abuso, incluyendo la nicotina del tabaco, el alcohol, las farmacológicas prescritas (como ejemplo, el paracetamol) y las drogas ilícitas (como heroína, cocaína) provocan más del 10 por ciento de las muertes a nivel mundial. Con los métodos actuales de tratamiento aproximadamente dos tercios de los adictos, los cuales desean dejar el consumo de las sustancias de abuso, recaen, por lo cual asume como urgente la necesidad de desarrollar más efectivos tratamientos para tratar laa adicciones.

Los psicodélicos o alucinógenos son altamente eficaces para el tratamiento de adicciones y trastornos de los estados de ánimo como la depresión y la ansiedad; como auxiliar terapeútico o terapia farmacológica para revertir o prevenir tales afecciones.

Sin embargo, debido a su potente efecto sobre la psique, principalmente de los alcaloides del grupo de las triptaminas (como el DMT o la psilocibina) y las feniletilaminas (mescalina y sus  derivados), deben ser administradas en un ambiente propicio y controlado para la sanación. El estado mental, las expectativas y las circunstancias del entorno desempeñan un papel fundamental en la experiencia resultado de la ingesta de estos alcaloides.

En estudios recientes se ha demostrado cómo una sola administración de psilacetina, la versión acetilada de la psilocibina (sustancia activa en los hongos alucinógenos), revierte los mecanismo neuronales involucrados en la dependencia a sustancia de abuso, como el alcohol, la nicotina, la heroína y la morfina, entre otras (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28378435).

Lo mismo ocurre con la depresión y la ansiedad, pues los cambios neuronales son idénticos a los de las adicciones. Investigaciones previas señalan que la adicción a sustancias de abuso es debida a un fenómeno de plasticidad neuronal, muy similar al aprendizaje, en el área ventral tegmental del cerebro. Se ha observado que cuando un organismo se encuentra en abstinencia de esas sustancias se incrementa la plasticidad neuronal en dicha área, fenómeno similar a lo ocurrido en otras patologías como la depresión o el dolor neuropático. Dicha plasticidad, es dependiente de una molécula denominada BDNF (por sus siglas en inglés de Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro)

Esto se demostro mediante una serie de experimentso en modelos animales; se indujo en roedores a un estado de dependencia, ya fuera mediante la infusión de BDNF en el área ventral tegmental o la exposición a heroína, morfina y nicotina. Posteriormente, se administró una sola dosis de psicodélicos en el cuerpo o en el área ventral tegmental y observaron que los animales se comportaban como si nunca hubieran sido adictos.

Con estos estudios, se observa que una sola administración de psicodélicos podría revertir o prevenir la plasticidad neuronal en el área ventral tegmental.Existen otros trabajos complementarios que observan un incremento de la plasticidad neuronal en otras áreas del cerebro, como el hipocampo y la corteza prefrontal, después de la exposición a psicodélicos.

En conjunción, estos resultados explicarían los mecanismo neuronales del uso terapéutico de psicodélicos (como el empleo de hongos alucinógenos o el brebaje amazónico denominado ayahuasca) para aliviar estados aversos y promover estados motivacionales positivos.

La efectividad de los psicodélicos como agente terapéutico contra las adicciones ha sido ampliamente documentada en reportes empíricos y anecdóticos. Recientemente, después de una pausa de más de 40 años, los trabajos científicos acerca de la utilidad de esas sustancias han reiniciado.

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