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“Todo esto es mucho humo hasta que has cobrado” Trimmigrants y miseria en la industria del cannabis de California

Trimmigrant es el término popularizado para hablar de la mano de obra itinerante de la industria del cannabis en California. Así que si tú has considerado seriamente ir a probar suerte en este trabajo, probablemente sabrás que en realidad no vas a “pizcar” nada, sino que vas a convertirte en un trimmer extranjero, un trimmigrant.

Omar Vargas
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Omar Vargas es Etnólogo. Especializado en Estudios críticos de fronteras y migraciones internacionales. Actualmente, estudia a los trabajadores internacionales del cannabis.

Si tú como muchas personas has escuchado hablar sobre la “pizca de mariguana” en California, probablemente habrás escuchado que es un trabajo relativamente sencillo, que el cannabis es increíble, puedes fumar todo lo que quieras y que además pagan muchísimo.  Para los amantes del cannabis suena maravilloso, tal vez hasta te estén dando ganas de buscar el oro verde escondido en esas montañas. Antes de tomar una decisión, date unos minutos para conocer un poco más sobre el papel de los trabajadores itinerantes en esta industria, los trimmigrants. 

Convertirse en trimmigrant

 Trimmigrant es el término popularizado para hablar de la mano de obra itinerante de la industria del cannabis en California. Así que si tú has considerado seriamente ir a probar suerte en este trabajo, probablemente sabrás que en realidad no vas a “pizcar” nada, sino que vas a convertirte en un trimmer extranjero, un trimmigrant.

Si ya llegaste hasta este punto de la indagación, entonces probablemente también sabrás que aquí el reclutamiento no funciona como otros trabajos agrícolas. En este trabajo, eres tú el que tiene que buscar a los empleadores. Seguramente también habrás escuchado lo que llamo la regla de las tres “G”: Garberville,  Grocery Market y Growers. Te explico.

Garberville es el pueblo icónico en la migración del cannabis. Se encuentra ubicado en el centro del condado de Humboldt, en el corazón mismo del Triángulo Esmeralda. Digamos que si el Triángulo Esmeralda es la tierra santa del cannabis, Garberville vendría a ser como la Meca de esta peregrinación. 

Garberville es el pueblo icónico en la migración del cannabis. Se encuentra ubicado en el centro del condado de Humboldt, en el corazón mismo del Triángulo Esmeralda. Digamos que si el Triángulo Esmeralda es la tierra santa del cannabis, Garberville vendría a ser como la Meca de esta peregrinación. 

El Triángulo Esmeralda es una región en el noroeste de California, integrada por los condados Humboldt, Trinity y Mendocino, eminentemente rural, montañosa y con una densidad poblacional promedio de apenas 8.5 por km cuadrado. Enclavadas en las montañas, las granjas de cannabis suelen estar lejos del alcance de los trimmigrants (y de las autoridades). Por eso es que, a menos que tengas la fortuna de tener un buen amigo que te consiga trabajo en una granja, lo más probable es que vas a tener que pasar por Garberville plantarte frente al  Grocery Market y buscar a los Growers que bajan al pueblo por sus provisiones. Distinguirlos no es difícil, usan grandes camionetas 4×4, cargan garrafones de gasolina y suelen estar llenos de tierra. Solo recuerda ser discreto al aproximarte. 

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Los Growers son los cultivadores de cannabis; elusivos y desconfiados debido a los años de persecución policiaca y los estigmas sociales que aún perduran como cicatrices en la región. Son los dueños de la propiedad y jefes de la operación. Se encargan de reclutar a trabajadores, vender la hierba y de pagar. Una especie de señor feudal moderno, al menos durante la corta temporada de cosecha y trimm.

Se calcula que cada año el Triángulo Esmeralda recibe 150 000 personas de fuera de la región para trabajar durante la cosecha, la mitad de ellos son extranjeros1.  La mayoría de los extranjeros ingresan con visas de turismo, pero con la intención de trabajar en la industria del cannabis. Si bien el fenómeno se ha documentado y difundido a nivel periodístico, el principal mecanismo de difusión y reclutamiento son las redes de viajeros, trabajadores agrícolas globales de temporada y/o de aficionados a la cultura del cannabis, sobre todo en América Latina y Europa. Son estos circuitos informales de comunicación los que nutren y dan vida al fenómeno. 

Así le sucedió a Mica quien escuchó sobre la pizca de mariguana en su natal Chile. “Yo solo sabía desde siempre que era mi trabajo soñado. ¡Imagínate! Te puedes forrar de plata y además fumar todo lo que quieras, sonaba muy maravilloso”. En Chile el  movimiento cannábico está conectado con trimmigrants que regresaron a su país para hacer activismo social. Fue en estas redes que Mica se enteró del asunto. Pero fue hasta varios años después, viajando por México, cuando conoció al contacto que la invitó a trabajar con ella. 

Jordi, originario de España, se enteró de “la pizca” a través de sus contactos como trabajador temporero2. “Una amiga allá me contó que en un verano se ganó 12 mil dólares. Entonces dije, hay que ir allá, esa es la Meca”. 

Las historias buenas y malas circulan abundantemente entre los viajeros, en esta circulación la posibilidad de ganar mucho dinero opaca considerablemente los riegos del trabajo. “Antes de tu primera vez has escuchado miles de historias, pasa que también le prestas más atención a lo bonito del asunto: la mariguana y el dinero” (Jordi, español, 33 años) “Lo que pasa es que uno escucha lo que quiere escuchar, me contaron sobre los riesgos, pero me enfoque más en el dinero que podía ganar” (Karen, mexicana, 29 años).  

Sin embargo, más allá de las percepciones, los riesgos y abusos que sufren estas personas tiene que ver con factores estructurales. En particular con la ilegalización del trabajo migrante y con la persistente presencia de la clandestinidad y el mercado negro en la industria.

Que el flujo de trimmigrants continúe creciendo tiene que ver con las percepciones de los futuros migrantes. Sin embargo, más allá de las percepciones, los riesgos y abusos que sufren estas personas tiene que ver con factores estructurales. En particular con la ilegalización del trabajo migrante y con la persistente presencia de la clandestinidad y el mercado negro en la industria.

En este doble umbral de vulnerabilidad las herramientas con las que cuentas para modificar esa realidad no son muchas. Como dice Ana María, una trimmigrant española: “Yo no me he venido engañada, todo eso de que no te paguen lo sabía, pero no hay más, es a lo que le apuestas, no puedes cambiar el sistema de trabajo”. No es un caso aislado, son muchas las historias de trimmigrants que no reciben sus pagos, los reciben parcialmente o que sufren otro tipo de abusos. Y aunque desde 2016 vientos de cambio soplan en las montañas de California debido a la aprobación del consumo lúdico de cannabis, la regularización de la industria no ha cambiado mucho la situación para los trabajadores. 

Transición a la legalidad y continuación de la miseria laboral

Las evidencias indican que la transición a la legalidad de la industria no ha venido para terminar con los abusos laborales.

Las evidencias indican que la transición a la legalidad de la industria no ha venido para terminar con los abusos laborales. Posterior a 2018, cuando se pusieron en marcha los reglamentos para la regularización de las granjas de cannabis, el LA Times3 ha documentado al menos 200 denuncias por explotación laboral en operaciones de cannabis, más de la mitad ocurrieron en granjas legales. El problema consiste en que los mecanismos de regulación del trabajo no han sido contemplados adecuadamente en la transición hacia la legalidad. Incluso la tendencia parece indicar que la ambigüedad legal de la regularización está diseñada para terminar con los pequeños productores y dar continuidad al doble umbral de vulnerabilidad de los trimmigrants. 

En el centro de la vulnerabilidad de los trabajadores del cannabis se encuentra lo que denominó la especulación con el trabajo trimmigrant, la práctica de pagar al final de la temporada, situación que continúa sucediendo tanto en granjas “legales” como “ilegales”.

El argumento siempre es el mismo, es necesario vender primero para pagar después. Esta práctica supone que la relación empleador-trabajador, como dice Sergio, “Es un acto de fé, todo el tiempo, puedes regresar [a tu casa] con las manos vacías o semivacias, tienes que confiar en tu Grower, no hay más”. A nivel de tierra, lo que sucede comúnmente es que los trimmigrants trabajan durante meses anotando en una libreta el tiempo trabajado y las libras de cannabis trimmeadas. Eso es lo que se persigue durante toda la temporada, números en una libreta, por esta situación es común entre los trimmigrants experimentados escuchar expresiones como “todo esto es mucho humo hasta que has cobrado”.  

Efectivamente, múltiples situaciones pueden  interferir para que la cosecha no se venda, desde plagas, intervenciones de las autoridades, los cada vez más frecuentes incendios forestales o simplemente una cosecha deficiente. A estos riesgos hay que sumar la voluntad del empleador para pagar a sus trabajadores migrantes. El factor migrante se vuelve relevante, ya que en un trabajo clandestino no es necesario ser extranjero para que tu jefe no te quiera pagar, al final es un mercado negro, todo se arregla fuera de la ley. Sin embargo, muchos Growers se aprovechan de los migrantes a sabiendas de que estas personas buscaran por todos los medios cuidar su visa de turismo y por ello no excederan los plazos previstos para su estancia en EU. Es muy común que los empleadores jueguen continuamente con los tiempos de paga sabiendo que una vez fuera del país es muy difícil que un trimmigrant pueda reclamar su pago. Quiza también por esto es que una de las primeras cosas que le preguntan a sus posibles trabajadores es ¿cuánto tiempo se pueden quedar en EU?

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Así le sucedió a Imanol, a quien el Grower pedía que lo esperara un poco, estaba a punto de vender la cosecha. Sin embargo, para los trimmigrant cada día es valioso, esperar sin trabajar significa una perdida de dinero. Imanol optó por negociar, “Le dije, <Mira, me acaban de ofrecer otro trabajo, me voy a ir allá y me pagas luego>. No tenía de otra, tuve que confiar en él a tope. Cuando se estaban por cumplir los tres meses de mi visa, le llamé de nuevo para que me pagara. Me dijo que estaba yendo a vender la cosecha en San Francisco, que nos encontráramos allá. Antes de encontrarnos me cambió la fecha como cuatro veces. Al final cuando nos vimos solo me pagó una parte y aquí estoy ya fuera de EU, esperando que me pagué, confiando a tope”.

Es así como la especulación con el trabajo supedita el salario de los trabajadores a un mercado ya de por si riesgoso por su condición de clandestinidad, pero el factor migrante hace que los trabajadores dependan de la buena voluntad del empleador para pagarles antes de salir del país. 

Lo que sucede es que actualmente el enfoque en materia de cannabis en California está centrado en combatir las operaciones ilegales de cultivo, no en combatir los ilícitos relacionados con la fuerza de trabajo.

El panorama legal tampoco es alentador, en los últimos años el gobernador de California, Gavin Newson, ha rechazado varios proyectos de ley claves en la legislación para reducir estos crímenes laborales.  Lo que sucede es que actualmente el enfoque en materia de cannabis en California está centrado en combatir las operaciones ilegales de cultivo, no en combatir los ilícitos relacionados con la fuerza de trabajo. Así lo afirma Tim Saxon, Sheriff del condado de Trinity, quien señala que solía haber apoyos estatales, pero que esos apoyos se centraban en arrancar las plantas cultivadas ilegalmente, no en abordar la explotación de los trabajadores del cannabis4

Por su condición de extranjeros muchos trimmigrants temen denunciar estos abusos. Es el caso de Ana María y sus amigas quienes no fueron pagadas en la granja donde trabajaron por lo que contactaron un abogado defensor de trabajadores migrantes.

“Nos daba un poco de miedo porque bueno, el hecho de dar nuestros nombres [significa que] no vuelves a entrar nunca más. Lo que nos decían era que un día, nosotros no íbamos a saber, vendría una persona a grabarnos, a ver como trabajábamos. Como [los growers] no nos habían pagado, entonces el Estado se encargaba de pagarte, pero claro, ahí ya iba a constar que trabajamos ilegal”.

Como ves, la situación de los trabajadores del cannabis está supeditada a un doble umbral de vulnerabilidad. Este escenario no parece estar próximo a transformarse, la discusión respecto a la transición hacia la legalidad de la industria se ha enfocado hasta el momento en aspectos como el impacto ambiental, la recaudación de impuestos o los métodos de cultivo. Mientras que los aspectos sociales de la producción no han recibido la misma atención. La situación es una agenda pendiente para una industria que recibe la mitad de su fuerza laboral desde el extranjero. 

Así que si planeas ir a buscar el oro verde próximamente, será mejor que estés preparado para apostar y arriesgarte a confiar en tu empleador en un mercado que no parece que modificará su protección hacia los trabajadores próximamente.

Portada de Mariom Luna

Referencias

1 https://www.businessinsider.com/life-of-trimmigrants-2016-10?r=MX&IR=T

2  Jóvenes enrolados en el trabajo itinerante de cosechas agricolas en Europa

3 https://www.latimes.com/california/story/2023-01-29/lawmakers-want-investigation-hearings-into-the-wild-wild-west-of-california-cannabis-and-farm-work

4 https://www.latimes.com/california/story/2023-01-29/lawmakers-want-investigation-hearings-into-the-wild-wild-west-of-california-cannabis-and-farm-work

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