Fuente original: Sin Embargo MX
Artes de México: Chamanismo. Oscuridad, silencio, ausencia, núm. 118. Coordinadora: Laura Romero. Textos de: Pedro Pitarch, Johannes Neurath, Laura Romero, David Lorente Fernández, Alessandro Questa, Iván Pérez Téllez, Carlos Heiras Rodríguez, Neyra Alvarado.
Una geografía secreta: Cada noche, cuando apagamos la televisión, cerramos el libro o desconectamos el iPad y nos disponemos a dormir, asumimos probablemente la idea de que el mundo se desliza lento e inexorable hacia la tranquila región de los sueños, que se prolongará en quietud y silencio —imaginamos— hasta el amanecer.
Sorprendería reconocer la cantidad de lugares donde precisamente en ese momento empieza una intensa actividad: tras paredes de viviendas anodinas y velados sus preparativos a los ojos de profanos y curiosos, se llevan a cabo sesiones mágicas de curación y recuperación de almas perdidas, rituales para convocar espíritus, ceremonias de adivinación, peticiones y ruegos a una pluralidad de seres sagrados. Éstos se ejecutan por diversos especialistas que integran lo que se conoce como chamanismo.
Si pudiéramos situar una luz en las comunidades indígenas, zonas rurales, pueblos y ciudades no sólo de nuestro país, sino también de regiones de América del Norte, Centroamérica, América del Sur, Asia, África o el Norte de Europa —pienso por ejemplo en los lapones de Noruega—, quedaríamos fascinados ante la geografía secreta de lugares donde cada noche se celebran sesiones chamánicas, y ante la riqueza y creatividad espiritual del ser humano que no está condenada a desaparecer por los embates de la celebrada modernidad. Como indica en el prólogo a este número Margarita de Orellana, directora de la revista Artes de México, “estas expresiones religiosas […] nos remiten a una sabiduría antigua y actual, tan distante de los valores que predican y venden los que piensan que nuestras vidas modernas sólo tienen una posibilidad y una forma de ser”. El chamanismo no es un remanente arcaico de creencias y prácticas de pueblos desaparecidos o en trance de extinción; se trata de un fenómeno antiguo, pero muy moderno, que incorpora elementos y se recrea de manera incesante. Su oposición a la lógica dominante actual proviene de una forma de pensar la vida y los seres del cosmos muy distinta a la que difunden globalizadamente los medios masivos de comunicación.
HILOS RITUALES
Este número nos habla del chamanismo en México hoy. Los textos se basan en estudios actuales y en datos obtenidos durante investigaciones sobre el terreno, efectuadas en distintos lugares del país. Los autores se han preocupado más por entender lo que los chamanes dicen y hacen que por imponerles interpretaciones “desde fuera”; los artículos son un esfuerzo de traducción cultural gracias al cual el lector general puede acceder a un conocimiento sofisticado y complejo, redactado de manera accesible y sumamente amena. En este número, hay un lenguaje tan rico y libre de tecnicismos que hace de la lectura una delicia, una experiencia llena de colorido que trasluce el amor y el cuidado primoroso que el ideario de Artes de México manifiesta por la palabra. Aquí no hay lugares comunes, hay enfoques antropológicos y lecturas del fenómeno novedosos.
Las fotografías conforman un lenguaje paralelo con sutiles referencias que estimulan la imaginación del lector, pues establecen con él un diálogo a veces mediante metáforas, a veces con guiños ocultos, que intensifican lo evocador del contenido.
¿Cómo se arma el índice? No a partir de un tema central claramente delimitado —algo que sería un tanto aburrido y a la vez artificioso—, sino a partir de ciertas temáticas que aparecen aquí y allá en los distintos artículos y que se pueden seguir como si fuera una columna vertebral un tanto tácita, como corrientes subterráneas que brotan por distintos lugares manifestando variaciones sobre el mismo tema, resonancias particulares de cada pueblo indígena o de los contextos ceremoniales abordados. Los ejes comunes son como hilos de colores que unieran entre sí textiles distintos, pasando por diversas partes de la tela y de distintas maneras.
¿Cuáles son estos hilos que vinculan los distintos textos? Son los mismos que definen al chamán y sus prácticas rituales: la importancia de la palabra sagrada, las maneras en que ocurre la iniciación, el papel de los sueños como liberación del espíritu viajero, la idea del cuerpo, cómo son los seres ante los que interceden los chamanes, en qué ámbito habitan, entre muchos otros aspectos.
CHAMÁN, ESPECIALISTA DE LA NOCHE
Los chamanes reciben un don en forma de aptitudes y facultades especiales que los autoriza y legitima para actuar como intercesores ante los espíritus del Otro Lado. Nacen con alguna marca corporal especial, tienen sueños fuera de lo común, sufren enfermedades de las que logran recuperarse por sus capacidades supraordinarias, sobreviven a la descarga de un rayo o reciben por herencia sus poderes.
En casi todos los casos descritos en la revista, los chamanes curan. Esto no significa que todos los curanderos tradicionales, las parteras, los yerberos o hueseros sean chamanes. Los chamanes son intercesores ante los habitantes del Mundo Otro, del Otro Lado, con quienes comparten algunas de sus cualidades y pueden dialogar con ellos para el bien de la comunidad o para lograr la salud individual (a veces también, hay que decirlo, para hacer fechorías o para combatir entre sí). Negocian con los espíritus, hablan “de tú a tú”, intercambian regalos, se casan o establecen relaciones de compadrazgo, los seducen o los sobornan con ofrendas, e incluso se enfrentan a ellos para arrebatarles el espíritu perdido de un cliente si resulta necesario. Con estos seres del Mundo Otro se vinculan de distintos modos: mediante palabras sagradas y cantos, con operaciones rituales efectuadas en sus altares domésticos, recortándoles cuerpos de papel para que éstos puedan cobijarse en ellos y relacionarse, mediante ofrendas de alimento y de objetos apetecidos por estos seres, o con estrictas reglas de conducta que imponen limitaciones al chamán durante su vida ordinaria.
Los chamanes son capaces de exteriorizar su alma en los sueños y de acceder a otros mundos en ese estado espiritual. No obstante, estas vivencias tienen a menudo un estatus de realidad igual o superior a las de la vigilia. Al proyectar hacia el exterior de su cuerpo el alma o espíritu, recorren grandes distancias y se inmiscuyen en mundos-otros poblados de espíritus, en ámbitos a menudo peligrosos y en los que, si carecieran de pericia, su alma podría quedar atrapada.
Según las concepciones de cada pueblo, los chamanes también asimilan en su propia persona a otras criaturas. Son seres múltiples. Además pueden adoptar la mirada de otros seres, es decir, ver “desde los ojos de los demás”, y entender así en sus propios términos las necesidades de los distintos tipos de espíritus que pueblan el Otro Lado, al contrario de lo que nos sucede a nosotros que estamos limitados por nuestro cuerpo físico y sólo podemos ver la realidad desde la mirada humana.
Los seres del Mundo Otro son con frecuencia seres de la obscuridad, lo que no quiere decir que sean malignos, como se concebiría en el imaginario popular. Son seres que viven en lugares sin luz solar: en las cuevas, dentro de los cerros, bajo la tierra, en barrancas, en los cursos y corrientes de agua refugiados en las profundidades. Son seres muy antiguos, pues, según los mitos indígenas, viven en la tierra desde antes del primer amanecer, cuando todo era obscuro. Además, su naturaleza es ambigua: pueden hacer el mal pero también el bien: son dueños de la fertilidad, la lluvia, las cosechas, la salud, la fuerza creadora, los animales, las plantas e influyen de manera determinante en los procesos terapéuticos del ser humano. A ellos se les atribuye la adversidad y el infortunio tanto individual como colectivo.
Como especialistas de la noche, los chamanes mexicanos analizados en los textos se caracterizan porque sus prácticas responden a tres principios: la obscuridad, el silencio y la ausencia, como bien ha señalado Laura Romero, quien coordinó este volumen, y como se destaca en el subtítulo.
UNA EXPRESIÓN PROFUNDA SOBRE EL CHAMANISMO
Qué puede obtener un lector interesado en este volumen? Puede encontrar un panorama sucinto y apasionante de una realidad, en gran parte secreta y de difícil acceso, que caracteriza a buen número de las actuales comunidades indígenas y rurales de México. Los diferentes artículos nos introducen en una filosofía vivida, una forma de pensar y tratar los elementos del paisaje y a sus seres reales e imaginarios. Esto realza la riqueza y creatividad de las muy diversas expresiones culturales y espirituales de las poblaciones mexicanas. Permite atisbar respuestas actuales, cotidianas, prácticas, al sentido de la vida, cuyo tratamiento en estas páginas rezuma hondura y sensibilidad.
No se trata de reunir un conjunto de reportajes curiosos y exóticos sobre el tema, tan de moda, del chamanismo. Este número de Artes de México supone un esfuerzo por sacar a la luz un tipo de conocimiento obtenido tras años de investigación por los autores, fenómenos que forman parte de mundos complejos que exigen largas investigaciones para ser vislumbrados, no ya entendidos. En realidad, el chamanismo es la excusa, lo que late en el fondo es algo más profundo: las posibilidades vitales que coexisten a nuestro alrededor en este momento, las distintas maneras de ser hombre y de estar en el mundo o, como señaló hace un siglo el poeta Paul Éluard, amante de las vanguardias: “hay otros mundos, pero están en éste”.