Elizabeth Bast
Elizabeth Bast es una iniciada Bwiti, proveedora de iboga con el equipo Ibogasoul, y coach especializada en recuperación holística e integración de la medicina sagrada. Es autora de Heart Medicine: A True Love Story - One Couple's Quest for the Sacred Iboga Medicine & the Cure for Addiction.
A medida que creamos un mundo de acceso ampliado a la medicina sagrada, también debemos ampliar el acceso a un buen apoyo a la integración, lo que se traduce en un programa multifacético a largo plazo que implique a toda una comunidad de iguales, así como a diversos profesionales de ayuda cualificados. En otras palabras, la integración es el proceso largo, lento y constante de “convertirse en medicina” humildemente -un poco- cada día, con la ayuda de nuestros amigos.
Con la iboga e ibogaína, la integración se convierte en una cuestión de vida o muerte. Después de una dosis elevada de estas medicinas en un tratamiento eficaz, la tolerancia a la droga suele caer a cero, como un recién nacido. Este es un momento crítico. Si se devuelve a las personas al mismo entorno tóxico, con las mismas relaciones tóxicas, o al mismo aislamiento tóxico, con una falta de habilidades de afrontamiento y el mismo pensamiento tóxico, entonces se vuelve una trampa. El peligro de recaída, y de sobredosis, es alto.
Existe un mito en torno a la iboga o la ibogaína, en particular, según el cual basta con tomar una pastilla, tumbarse y despertarse sintiéndose bien; todos esos molestos problemas personales desaparecen como por arte de magia. Nada más lejos de la realidad. Estas medicinas implican escalar una montaña dentro de nosotros mismos, enfrentarnos a la dolorosa verdad y mirar de frente a nuestros miedos hasta que aprendamos a respirar allí.
Chor y yo hemos aprendido en nuestro viaje que esta medicina no es un remedio mágico. Es una oportunidad. Es una pieza dentro de un mayor rompecabezas de sanación holística. La iboga es una gran sanadora y maestroa, y exige nuestra plena participación para que nuestra conciencia pueda madurar. Este trabajo de medicina no es fácil, pero es profundo, plenamente vivo y conectado con la naturaleza. Estamos dotados del conocimiento íntimo de lo que es realmente la vida y de la sacralidad radical de todas las cosas. Y no podemos hacerlo solos; requiere el elaborado tejido de la integración.
¿Cómo es la integración? El trabajo médico, en su totalidad, es el 1% de lo que ocurre en la ceremonia y el 99% de lo que hacemos con él después. La integración es ese 99%.
No podemos enfocar la iboga, la ibogaína o cualquier medicina como una solución rápida. Este tipo de enfoque es el status quo de la mentalidad del consumidor pasivo de tomar algo fuera de nosotros mismos para hacerlo todo mejor, mientras tratamos de permanecer cómodamente insensibles. Eso no funcionará aquí, y ese enfoque claramente no está funcionando muy bien de todos modos. Como dice mi mentor y compañero iniciado en el Bwiti, Mark Howard, “la Iboga necesita un plan de 50 años”.
La integración empieza con la preparación. Queremos ofrecer tanto de nosotros mismos a la medicina como pedimos, como en cualquier buena relación. Este espíritu de reciprocidad puede ser diferente para cada persona, y empieza por cultivar las intenciones, liberarse de expectativas difíciles, prestar a la medicina nuestra amable atención y recibir plenamente lo que se nos da.
Podemos llegar a la medicina lo más preparados físicamente posible, con una nutrición, un equilibrio electrolítico y una atención médica óptima. Y podemos llegar tan preparados mentalmente como sea posible, habiendo sido educados sobre la medicina, conscientes de las mejores prácticas y con apoyo social. Pasar tiempo en contacto con personas que han experimentado la medicina puede ayudarnos a relajarnos y a rendirnos en el terreno de la medicina. La medicina sigue guiándonos meses y años después de una ceremonia, si seguimos escuchando atentamente y honrándonos a nosotros mismos.
Para mí, la integración empezó escribiendo un libro de 400 páginas. Para mi querido Chor, la integración empezó con la creación de una serie de pinturas que expresaban lo que las palabras no podían expresar. Estos esfuerzos creativos y reflexivos convirtieron nuestra experiencia en diamantes interiores y dejaron escrituras artísticas tangibles para recordarnos una y otra vez nuestras bendiciones. Con el tiempo, la búsqueda de una integración más profunda nos llevaría a África, a la raíz espiritual del mundo, durante meses de estudio tradicional. Estamos agradecidos con nuestra comunidad Bwiti y con la comunidad mundial de amantes de la medicina enteogénica por formar parte de nuestra historia de amor en continuo desarrollo.
Una comunidad sana e inspiradora es la clave. Estas medicinas se han celebrado en tribus desde el principio, y es la pieza que falta en la investigación psicodélica contemporánea. Las iniciaciones en la madre patria pueden implicar a toda una comunidad de personas que te quieren y que te recordarán tu nombre sagrado y tu tarea visionaria durante toda tu vida. No existe la verdadera curación aislada, según nuestra comprensión como iniciados Bwiti.
La integración puede implicar atención plena, meditación, el arte de pensar, gratitud, servicio y activismo. La integración puede requerir cierta atención a la salud física, como una mejora de la calidad de los alimentos o un chequeo completo con un médico de medicina funcional, naturópata, ayurvédico o chino. A veces, la adicción u otras disfunciones pueden estar relacionadas con un problema de salud subyacente descuidado o mal diagnosticado. Puede haber deficiencias nutricionales, inflamación crónica, desequilibrios hormonales, enfermedades relacionadas con el estrés, salud intestinal y problemas digestivos, necesidades de atención dental o deficiencias endocannabinoides que necesitan atención. Aunque nos sintamos bien e inspirados en el “afterglow”, puede que aún necesitemos explorar las artes de la comunicación, las habilidades para la vida y las habilidades profesionales. Seis años después de la iboga, creo que nunca aprenderé lo suficiente sobre todo esto. La limpieza del hogar a la antigua usanza es una medicina profunda, ya que nuestra casa puede purgar literalmente la pegajosa basura psíquica del pasado, igual que nuestros cuerpos y mentes se purgan en la ceremonia. Nuestro espacio físico es en realidad un gran altar y un mapa vital.
Los eventos de integración y educación psicodélica pueden ser lugares estupendos para conectar con amigos solidarios y formar relaciones duraderas. Las artes expresivas nos permiten destilar nuestras experiencias y hacer perdurable la belleza de nuestros viajes que, con el tiempo, puede llegar a otros. El arte humano más antiguo, el que nos define como especie, es contar historias. A menudo nos beneficiamos colectivamente de compartir los informes de nuestros viajes sagrados, después de disfrutar de ese delicado periodo inicial de silencio tras la ceremonia.
Los cambios en nuestra vida o rutina profesional pueden estar llamando a la puerta. ¿Qué es lo que ha sido insatisfactorio en nuestro trabajo, falso o que simplemente nos ha tocado el alma de forma equivocada? Cuando salimos de nuestros profundos viajes de sanación y aterrizamos de nuevo en una sociedad y un sistema económico tóxicos, se nos presenta entonces la misión de poner nuestro granito de arena para ayudar a soñar el futuro de una nueva tierra.
Los terapeutas, consejeros y coaches que conocen bien el trabajo con la medicina pueden ser de un valor incalculable. Las investigaciones sobre la ibogaína demuestran que los índices de abstinencia, la mejora de las estrategias de reducción de daños y una mayor calidad de vida tras el tratamiento están directamente correlacionadas con la disponibilidad de una asistencia postratamiento cualificada. Cuanto más larga y de mayor calidad sea la asistencia, mejores serán los resultados. Aunque nuestra tribu bwiti ha “investigado” la importancia del apoyo comunitario en la curación desde antes de que se tenga constancia de ello, me gustaría ver futuros estudios en Occidente que examinen los resultados a largo plazo de los tratamientos con ibogaína cuando se apoyan en controles regulares con compañeros o grupos comunitarios formados.
Para Chor y para mí, la integración también implica honrar a los antepasados, como nos inspiran mi madre y mi hermana bwiti Robyn Rock. Tendemos un altar, les damos golosinas y disfrutamos de una profunda y espiritual sensación de conexión. De este modo, honramos la vida misma y la fuerza de quienes sanan a través de nuestras historias vivas. Este altar es esencialmente una terapia epigenética ritual.
Las ofrendas a la tierra son esenciales para nuestra integración: ofrendas reales que regeneran el suelo. Devolvemos a la Madre Tierra que dio a luz estas medicinas de valor incalculable. Literalmente, compostamos lo que ya no sirve y lo decoramos con flores. Ofrecemos medicinas y elixires preciosos como el tabaco, la harina de maíz, la salvia y otros, sin agarrar nunca nada con demasiada fuerza o costumbre.
La integración puede ser incluso lavar los platos, cuando se realiza con una exquisita conciencia amorosa. El final de la ceremonia es sólo el principio de muchos días largos y ordinarios de práctica extraordinaria. Eso es integración.
Traducción de Ibrahim Gabriell
Portada e ilustración interior de Mariom Luna
Texto publicado originalmente en inglés en Chacruna Institute
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Lecturas recomendadas:
Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies. (2017, June 7). Two new studies show ibogaine’s promise as treatment for opioid addiction [Press release]. Maps.org. https://maps.org/news/media/6693-press-release-two-new-studies-show-ibogaine’s-promise-as-treatment-for-opioid-addiction
MAPS. (2017, April 26). Bruno Chaves: Ibogaine in Brazil – Finally stepping out from the underground? [Video file]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=C4ovF8DJ8iQ
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Nota:
Esta charla fue presentada originalmente en Sacred Solidarity el 19 de abril de 2020, Día de la Bicicleta: https://www.thespore.org/sacred-solidarity
Ver vídeo de la presentación aquí.