escrito especialmente para este blog
Lejos de reproducir con este relato la “leyenda negra de la frontera” como espacio periférico y lugar de las ilegalidades[1] con estos párrafos pretendo simplemente dar cuenta del interjuego, de la imbricación de la economía de las drogas con otras economías y sistemas sociales que convergen tanto en la frontera como en otros espacios y territorios. La frontera internacional puede ser un punto de convergencia de diferentes economías y elementos prohibitivos para el estado nacional, una vez que la cruzan, esas economías se dispersan e incluso se difunden entre la legitimidad otorgada por quienes las practican, no obstante, en la frontera su carácter de ilegal se pronuncia. Es por ello que la frontera es un lugar privilegiado para observar las formas de organización social motivadas por las prohibiciones. Lo siguiente es un poco de información resultante de una breve estancia de trabajo de campo como parte de una etnografía de economías transfronterizas, de las cuales forma parte la economía de las drogas.
El verano de 2015 dediqué algunas semanas a hacer trabajo de campo en la zona más oriental de la frontera de Texas. Uno de los objetivos era entender cómo los grupos que controlan el tráfico de droga en México están inmiscuidos también en los circuitos de otras mercancías que en lugar de ser traficadas hacia el norte son traficadas hacia el sur, es decir, hacia México. Particularmente, me enfoqué en el comercio de ropa usada, artículo cuya introducción a México está prohibida cuando el objetivo es vender.
Muy pronto fui encontrando información al conversar con los protagonistas del comercio de ropa usada. Confirmé algunos datos previos y encontré otros más que me ayudaron a comprender la organización del tráfico en la frontera.
Efectivamente, los cárteles de la droga que dominan la frontera del noreste de México controlan también el tráfico de ropa usada que entra a este país. En el argot de la ropa usada los pasadores son aquellos encargados de cruzar las pacas de ropa. La mayoría de ellos lo hacen en camionetas tipo Van, las cuales van repletas de pacas. Éstos trabajan para algún jefe que es quien está en diálogo con trabajadores de alguna aduana fronteriza. Éstos indican cuándo estarán a cargo de las inspecciones y por tanto, cuándo pueden avanzar hacia México los pasadores de ropa. Existen cruces internacionales con más fácil acceso para drogas y ropa que otros. Hay incluso algunos en los que no hay contrabando y sólo son usados como puntos de acceso o escape cuando hay necesidad de emprender alguna huida.
Los pasadores están divididos por grupos y cada grupo tiene cruces internacionales y territorios asignados dentro de México. Incluso en Estados Unidos . Un pasador no puede llevar ropa por el territorio de otro pasador ni cruzar la frontera por un cruce asignado a otro grupo. Violar esta regla puede tener consecuencias fatales. Así es que dependiendo a dónde vaya la ropa es el pasador que se puede usar. Y dependiendo del grupo al que pertenece el pasador es el puente que puede usar para cruzar la frontera.
El tráfico de droga hacia el norte también se asocia con el tráfico de personas en la frontera y en el interior de los territorios nacionales de México y Estados Unidos. Los coyotes o polleros, nombre con el que se conoce a los encargados de cruzar a los migrantes sin documentos por la frontera de Estados Unidos, son controlados de la misma manera que los pasadores por los cárteles de la droga. Intencionalmente, una prohibición es usada para facilitar el flujo de mercancías también prohibidas. En algún punto del río Bravo (o río Grande como se le conoce en Estados Unidos), algunos coyotes simulan un intento de cruce de una gran cantidad de migrantes. El simulacro en realidad tiene el objetivo de causar la movilización de agentes de la Border Patrol (Patrulla Fronteriza), los cuales acudirán al lugar en donde se está llevando a cabo el cruce. Cuando esto sucede, un cargamento de droga puede ser cruzado por otra sección del río, aprovechando el aglutinamiento de agentes, patrullas y equipo en un solo lugar. Los migrantes son usados como carnada, e incluso esta es una de las explicaciones por las cuales durante 2014 aumentó el número de menores de edad capturados en la frontera de Texas por la Border Patrol. Los cárteles estaban usando a los menores para distraer a esta policía. Al final los menores sólo eran deportados a México.[2]
[1] Al respecto consultar a Robert Alvarez, 1995, “The Mexican-US Border: The Making of an Anthropology of Borderlands”, Annual Review of Anthropology, vol. 24, pp. 447-470; Everardo Garduño, 2003, “Antropología de la frontera, la migración y los procesos transnacionales”, Frontera Norte, vol. 15, núm. 30, julio – diciembre, pp. 65-89.
[2] El fenómeno de los menores migrantes arrestados y luego deportados a México fue cubierto ampliamente por los medios de comunicación incluso a nivel nacional. Aquí algunos ejemplos: http://www.noticiasmvs.com/#!/noticias/revisa-unicef-en-tamaulipas-condiciones-de-menores-migrantes-523
http://noticieros.televisa.com/mexico-estados/1508/van-mas-7-mil-menores-repatriados-tamaulipas/