Christopher Timmermann (PhD) es un neurocientífico y psicólogo de Santiago de Chile que trabaja en el Centro de Investigación Psicodélica del Imperial College de Londres, donde realizó los primeros estudios de neuroimagen sobre los efectos de la DMT. Su trabajo se centra en la neurociencia, psicología, creencias y ética de la DMT y la experiencia psicodélica.
David Dupuis (PhD) es antropólogo social y psicólogo clínico, y actualmente es becario de investigación del Museo Quai Branly (París). Basado en trabajos de campo realizados en América Latina y Europa durante la última década, su trabajo se centra en las recaracterizaciones contemporáneas de los usos de sustancias psicodélicas y, más ampliamente, en el estudio comparativo de las relaciones entre alucinaciones y cultura.
Los psicodélicos están alcanzando rápidamente el estatus de terapias revolucionarias por su potencial para el desarrollo humano (Nutt, Erritzoe y Carhart-Harris, 2020; Schenberg, 2018). Al mismo tiempo, los psicodélicos pueden facilitar experiencias de revelaciones angustiosas o problemáticas con consecuencias inesperadas o negativas para la salud mental.
Cada vez parece más evidente que las experiencias espirituales y las percepciones transformadoras se contraponen a formas de escapismo espiritual, la evocación de falsos recuerdos, la aprobación de teorías conspirativas e incluso casos en los que estas experiencias constituyen la base de la manipulación social. La naturaleza ambivalente de la experiencia psicodélica nos ha llevado, en un artículo publicado recientemente (en el que también participa la psicoterapeuta Rosalind Watts) a etiquetar las experiencias psicodélicas como una espada de doble filo (Timmermann et al., 2020). Parece que es el mismo fenómeno psicodélico el que impulsa tanto los resultados terapéuticos deseables como las consecuencias negativas en la salud mental: la capacidad de estas sustancias para inducir experiencias de insights y revelaciones.
Estos problemas resuenan con cuestiones que otras formas de psicoterapia han encontrado en el pasado. Desde los tiempos de Freud, el descubrimiento de episodios traumáticos reprimidos durante la terapia planteó la cuestión de si se trataba o no de hechos reales o de los llamados “falsos recuerdos”. Estas cuestiones se han señalado como casos típicos de consecuencias psicológicas y jurídicas potencialmente perjudiciales para el paciente y otras personas. Más recientemente, las cuestiones de los falsos recuerdos y sus consecuencias personales, psicológicas, legales y éticas han pasado a un primer plano en los Estados Unidos en la década de 1990 (Hacking, 1995).
En este artículo, afirmamos que la naturaleza de la experiencia psicodélica, en su capacidad única para inducir experiencias de comprensión y revelación, puede exacerbar estos problemas, e invitamos a la comunidad psicodélica a afrontar estas cuestiones. Basándonos en nuestro trabajo sobre los psicodélicos, que incluye la investigación neurocientífica, la práctica clínica y el trabajo de campo etnográfico, analizaremos estas cuestiones en este artículo. Inspirándonos en formas de práctica psicodélica (o saber hacer psicodélico) encarnadas en algunas tradiciones indígenas, mestizas y psicoterapéuticas, proponemos a continuación un marco que nos ayude a comprender y navegar con destreza por esta arma de doble filo, al que llamamos aprendizaje psicodélico.
¿Qué es lo que se esconde tras las “Revelaciones psicodélicas”?
Las oportunidades de bienestar personal (y posiblemente colectivo) inducidas por los psicodélicos parecen estar facilitadas centralmente por la propia experiencia psicodélica. Las experiencias de tipo místico y de perspicacia psicológica inducidas por los psicodélicos (o “revelaciones psicodélicas”) están de hecho vinculadas a mejoras en los resultados de la depresión, la ansiedad y la adicción (Yaden y Griffiths, 2021).
En el texto seminal Las variedades de la experiencia religiosa, William James describe aspectos cruciales de los estados místicos: 1) Proporcionan información al experimentador, 2) recibir esta información se siente directo y seguro 3) esta cualidad asertiva de las revelaciones resulta en una transformación personal. Esto es también lo que se ha denominado la cualidad noética de las percepciones y revelaciones encontradas durante la experiencia psicodélica. Proponemos que en el núcleo de esta cualidad noética se encuentra la capacidad de arma de doble filo de las revelaciones psicodélicas.
Sin embargo, aunque las revelaciones psicodélicas se sienten como directas o procedentes de una fuente no mediada de “Verdad” espiritual o personal, también parece que estas revelaciones siempre se someten a algún tipo de mediación por nuestra parte y por parte de los demás. Es más, estas percepciones siempre pueden ser validadas por el contexto social en el que tienen lugar y ésta es la base del llamado proceso de integración que puede verse en tantos casos en los que se toman psicodélicos.
Esto no significa que todas las revelaciones psicodélicas sean “falsas”, sino que la experiencia psicodélica siempre está mediada por nuestros filtros biológicos, biográficos y socioculturales. Este punto también es destacado por la tradición de estudios antropológicos sobre el uso de sustancias psicotrópicas. Siguiendo esta tradición y observando similitudes en los rasgos de las experiencias psicodélicas dentro de una misma cultura, los antropólogos han defendido habitualmente un enfoque culturalista de la experiencia psicodélica (Levi-Strauss, 1970).
Desde esta perspectiva, los psicodélicos se consideran amplificadores inespecíficos de factores culturales y poderosas herramientas de transmisión cultural (Dupuis, 2020): El tono subjetivo de las sensaciones, el significado y el contenido experiencial de las experiencias psicodélicas suelen estar moldeados por expectativas culturales específicas. Entre la amplia familia de sustancias psicotrópicas, se sabe que los psicodélicos son los que más dependen de factores no farmacológicos como las expectativas, la preparación y la intención (Set), así como del entorno físico y social (Setting) (Hartogsohn, 2016).
¿Son éticamente preocupantes las revelaciones psicodélicas?
El carácter de arma de doble filo de los psicodélicos puede verse facilitado por el hecho de que éstos parecen aumentar la sugestionabilidad. Aunque éste es probablemente uno de los fundamentos de la eficacia terapéutica de los psicodélicos, también plantea serias cuestiones éticas teniendo en cuenta el actual contexto de globalización del uso de estas sustancias.
Por ejemplo, los aspectos problemáticos de las revelaciones psicodélicas pueden darse en contextos psicoterapéuticos, provocando angustia y confusión. Las revelaciones sobre abusos ocurridos durante una sesión psicodélica pueden ser útiles para la terapia, pero también pueden tener ramificaciones problemáticas, especialmente si es difícil verificar si la experiencia de abuso tuvo lugar realmente. El paciente puede tener problemas con la veracidad de los hechos: ¿Sucedió realmente el caso de abuso o se trata de una manifestación simbólica de la psique facilitada por el psicodélico?
Los conocimientos científicos actuales sobre el funcionamiento del cerebro sugieren que la memoria no es un registro exacto de experiencias pasadas, sino más bien un proceso reconstructivo (o creativo), que puede distorsionarlas. Nuestro trabajo sobre la neurociencia de la experiencia con DMT muestra que los psicodélicos parecen aumentar la actividad de las funciones cerebrales relacionadas con la memoria y los sueños (Timmermann et al., 2019), lo que implica que pueden potenciar nuestros procesos creativos innatos y, por tanto, inducir falsos recuerdos o revelaciones engañosas. Según todos los indicios, parece que durante estas revelaciones ocurre mucho más que el simple acceso a verdades biográficas o espirituales, por lo que es necesario tener un ojo crítico a la hora de abordarlas.
Los episodios de revelaciones también pueden tener un carácter estremecedor. Nuestra investigación sobre la psicología y la neurociencia de la DMT y otros psicodélicos muestra que estas experiencias pueden inducir una especie de “shock ontológico”, en el que los usuarios experimentan un cambio drástico en su visión del mundo y sus creencias sobre la naturaleza de la realidad. En la mayoría de los casos, estos cambios en la visión del mundo y las creencias no suelen formar parte del consentimiento informado proporcionado por los facilitadores psicodélicos y, por tanto, plantean cuestiones éticas (Timmermann et al., 2021).
Estas experiencias dramáticas también pueden conducir a transformaciones significativas en los valores, creencias y comportamientos que pueden tener consecuencias psicológicas preocupantes. Por ejemplo, nuestro trabajo de campo etnográfico -dentro de contextos que proponen una cosmovisión que mezcla temas indígenas y católicos- muestra que el uso ritual de psicodélicos por parte de europeos occidentales en la Amazonia aumenta la velocidad y la eficiencia de la transmisión de creencias religiosas y proposiciones culturales específicas (Dupuis, 2021a). Esta dinámica de transmisión de creencias que transforma profundamente la visión del mundo y los comportamientos de los participantes, cuando no forma parte de la conciencia y el consentimiento informado de los participantes, también plantea preocupaciones éticas legítimas sobre el uso de psicodélicos en estos contextos.
Las experiencias psicodélicas también pueden llevar a otras consecuencias psicológicas preocupantes, como formas de “desviación espiritual”: la adopción de creencias y prácticas espirituales como forma de escapismo de la angustia psicológica y los problemas relacionales (Masters, 2010). Por otra parte, las revelaciones que se producen en contextos específicos pueden conducir a la aprobación de teorías conspirativas, que pueden tener consecuencias perjudiciales para los comportamientos relacionados con la salud (por ejemplo, el rechazo al uso de mascarillas o al distanciamiento social). Estas cuestiones ponen de relieve la necesidad de encontrar formas de abordar las cuestiones de validación de las revelaciones experimentadas durante una sesión psicodélica.
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Es importante afrontar este arma de doble filo. Descuidar estas cuestiones abre la puerta a respuestas exageradas, que tampoco dan en el blanco. Por ejemplo, en Francia, el gobierno ha prohibido la ayahuasca sobre la base de las preocupaciones sobre el posible uso de la ayahuasca por los llamados grupos de “culto” con el propósito de manipulación psicológica y “lavado de cerebro” (Bourgogne 2011), que creemos que descuida el potencial de estas prácticas cuando se utilizan de una manera ética.
Hacia el aprendizaje psicodélico: Navegando por la espada de doble filo
En nuestro paisaje cultural actual, lleno de noticias falsas e información engañosa, parece necesario navegar por cuestiones relacionadas con la validación del conocimiento psicodélico. Creemos que estos retos pueden atenderse fomentando la conciencia de los matices de las experiencias psicodélicas y la hábil orientación por parte de otros. Dado que el interés por los psicodélicos está en franco ascenso, parece que sólo a través de formas disciplinadas de práctica psicodélica, estas experiencias proporcionarán medios seguros para la exploración, la transformación y el desarrollo en las culturas occidentales.
Inspirados por el proceso de aprendizaje evidente en muchas tradiciones indígenas y mestizas que encarnan prácticas psicodélicas hábiles, hemos propuesto recientemente un marco para ayudarnos a entender y navegar por esta espada de doble filo, que hemos etiquetado como aprendizaje psicodélico (Timmermann et al., 2020).
Nuestra propuesta central hace hincapié en que la conciencia y la navegación de estas cuestiones complicadas no se produce a través de una forma puramente intelectual de la comprensión, pero es algo que crecemos en. Requiere una práctica repetida y el desarrollo y perfeccionamiento de habilidades. Requiere formas de aprendizaje: un proceso de orientación gradual y hábil por parte de un facilitador o guía experimentado. Por lo tanto, el aprendizaje es fundamentalmente un proceso relacional entre el aprendiz (o experimentador) y el facilitador.
El aprendizaje psicodélico consiste en el perfeccionamiento de prácticas de mediación y validación que pueden ayudar a navegar por estas cuestiones. Un facilitador (chamán, guía, científico o terapeuta) ha experimentado las oportunidades y dificultades de la experiencia psicodélica. Esto les permite empatizar y resonar con el aprendiz psicodélico; les proporciona las herramientas para navegar juntos por la experiencia. Su experiencia también les permite proporcionar la preparación y la integración adecuadas, así como el entorno y las intervenciones terapéuticas durante una sesión.
Estas formas de saber hacer hábiles también proporcionan medios para que los facilitadores y experimentadores también naveguen por la información obtenida durante estas revelaciones. Les permite situarlas en contextos personales y culturales más amplios, así como proporcionar a los usuarios herramientas que les permitan alejarse de su experiencia y observarla con una mirada reflexiva.
Este proceso de aprendizaje ya es evidente en muchas tradiciones indígenas y mestizas que encarnan este saber hacer en prácticas sociales como los rituales colectivos y las prácticas iniciáticas. El uso del canto, los aromas, la música, las intervenciones y el apoyo durante las ceremonias, así como la capacidad de “leer” el estado mental de los usuarios durante su experiencia, son expresiones de ese saber hacer. Estas prácticas son en sí mismas expresiones de un proceso de procesos culturales e históricos que las han refinado hasta su forma hábil actual y, por lo tanto, son una parte crucial de los linajes que apoyan y proporcionan contexto a estas cuestiones desafiantes.
La prohibición de los psicodélicos en las sociedades occidentales desde la década de 1960 ha llevado a una falta de consenso sobre las directrices éticas para el uso de psicodélicos en las sociedades occidentales. A pesar del creciente interés por estas sustancias en estas sociedades, hoy en día no existe un conjunto de criterios o normas éticas que tengan una autoridad inequívoca.
No obstante, se observan algunos intentos de construir y normalizar aprendizajes psicodélicos en formas occidentales de terapia psicodélica clandestina y círculos de integración. Estas expresiones han desarrollado sus propias prácticas en sesión relacionadas con la música, las intervenciones terapéuticas y el apoyo, y las directrices éticas, así como procedimientos de preparación e integración.
También son expresiones de nuestros propios procesos culturales e históricos de ensayo y error, desarrollo intelectual e influencia de procesos tradicionales de psicoterapia, así como de prácticas indígenas y mestizas. Estas formas del saber hacer psicodélico se han adaptado ahora para formar la base de formas sancionadas de terapia psicodélica y se están articulando actualmente en los marcos éticos de la terapia psicodélica, por lo que deben ser debidamente reconocidas. En un contexto de creciente interés comercial por desarrollar nuevas implementaciones y desarrollos tecnológicos dentro de las terapias psicodélicas, es importante que nos preguntemos si estas innovaciones son coherentes con las formas actuales del saber hacer psicodélico, los linajes tradicionales y los descubrimientos científicos.
¿Qué criterios determinarán en el futuro el uso ético de los psicodélicos en las sociedades occidentales? ¿Qué normas éticas pueden respaldar la propiedad de arma de doble filo de los psicodélicos? ¿En qué autoridad epistémica se basarán estas normas para ser formuladas e impuestas? ¿Qué formas de aprendizaje psicodélico surgirán de estas normas?
La pluralidad de imaginarios asociados a los psicodélicos por actores sociales con intereses divergentes (grupos religiosos, laboratorios de investigación, asociaciones de usuarios, empresas farmacéuticas, grupos activistas, poblaciones indígenas) entre las sociedades occidentales promete hacer de estas cuestiones el caldo de cultivo de fuertes tensiones políticas, epistemológicas y éticas en el seno de estas sociedades; dinámicas que prometen transformar profundamente las concepciones de la mente, de lo normal, de lo patológico y de la eficacia de las sustancias en el seno de estas sociedades.
Traducción de Ibrahim Gabriell
Portada de Karina Álvarez
Referencias
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