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Salvia divinorum donde

El Sr. Conejo Blanco narra desde su experiencia el devenir de la mercantilización de la Salvia divinorum en la sierra mazateca, analizando las dinámicas capitalistas de los intermediarios que lucran con la planta y especulan con los precios, mientras enfatiza el poco interés que se le ha prestado a las verdaderas necesidades de las comunidades productoras así como en la perversión de los potenciales terapéuticos de la planta a causa de prácticas irresponsables.

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Sr. Conejo Blanco es un Químico Farmacéutico Biólogo especializado en Psicofarmacología que ha investigado de manera independiente los usos de la Salvia Divinorum por más de veinte años, al tiempo en que ha colaborado con miembros de la región mazateca baja para la preservación y difusión del conocimiento de la misma.

Hay en la sierra de Oaxaca una planta llamada Salvia divinorum. Sobran las descripciones que se esfuerzan por compararla en su carácter alucinógeno con otras tantas cosas. Estas líneas pasan de ser una de estas descripciones y, son solamente una parte de la historia de la planta, que he vivido desde hace más de dos décadas, con la cual intento mostrar un capítulo desconocido para todos aquellos que se han interesado o han estado en contacto con ella en diferentes momentos, y tan sólo narra algunos aspectos de cómo han ocurrido ciertos acontecimientos en los últimos años.

Fue hace mas o menos 20 años, cuando una caja llena de hojas con un suave aroma como de madera había llegado a mis manos meses atrás. Como muchos, podría decir que ella me halló a mí, y hasta me llevó, ya que poco tiempo después me encontraría muy lejos de mi casa, solo con la idea muy clara de encontrarla en el lugar donde crecía, y luego… algo más, pero aun no sabía exactamente qué.

Diferentes personas me llevaron a diferentes lugares; estuve primero en Huautla, Ayautla y en las montañas de la sierra mazateca media y baja, donde narraban cosas asombrosas que me parecían inquietantes. Hablaban de otro tiempo, y de muchas cuestiones económicas que me eran ajenas: campesinos en cooperativas y necesidades urgentes: alimenticias, medicas, educativas, laborales, ecológicas y especialmente económicas. Las necesidades que viven las comunidades en nuestro país.

La planta era poco conocida, pero acababa de tener popularidad y persistían señales de ello en un internet que ya estaba un poco crecido, aunque diferente en su accesibilidad y en la información que podemos encontrar ahora.

Efectivamente, con la Salvia divinorum se veían cosas. Colores y profundas alucinaciones visuales y auditivas se escondían tras un más o menos difícil método de administración.

Introducirse al mercado no fue fácil, extraños enemigos parecían surgir, más aún cuando el precio se desplomaba para los intermediarios que ya habían explotado los recursos de los mazatecos desde los años sesenta setenta y ochenta.

El precio rondaba entonces tal vez los quinientos dólares por kilogramo de hojas, a veces menos a veces más. Tal vez era la oportunidad perfecta para que en esas montañas llenas de gente con necesidades urgentes pudieran mejorar sus vidas. Introducirse al mercado no fue fácil, extraños enemigos parecían surgir, más aún cuando el precio se desplomaba para los intermediarios que ya habían explotado los recursos de los mazatecos desde los años sesenta setenta y ochenta. Si antes solo había algunas contadas vías para conseguirla, la posibilidad mercantil que se iba a abrir bastaba para cambiar la historia de muchas personas a las que también llegaría la planta. Sin embargo, esto no fue así, algunos de los traficantes o científicos “investigadores” norteamericanos (estos últimos le deben las comillas a su escasa intención de hallar un uso terapéutico de la planta ya que se limitaron a sus métodos de administración como droga de abuso y a sus efectos alucinógenos), y otros caciques que se jactaban de ser “muy mexicanos” pagaban menos de 30 dólares por kilo en las montañas y habían logrado eso engañando y enemistando a los campesinos, quienes por esto mismo competían entre sí para ofrecer los precios más bajos, privatizaban el cultivo de la salvia, se llegaban a robar entre si, y con todo, de paso habían llevado a la Salvia divinorum al borde de la extinción en su propio hábitat.

Afortunadamente un hombre de Jalapa de Díaz, Oaxaca (mazateca baja). Junto con algunos aliados de la montaña revirtieron este proceso prácticamente sin saber que estaba ocurriendo, ya que su acción, aunque fue en un principio motivada por la necesidad, salvó a la planta de desaparecer. Haciendo cortes de las plantas existentes repoblaron de salvia gran parte de la montaña; esos hombres lo hicieron sin paga, solo con fe y la esperanza de entrar al mercado de la Salvia divinorum, un mercado que tan solo les pago como a todos los demás, con sobreexplotación, más mentiras y en cuanto fue posible, el abandono. La codicia de los intermediarios encontró otras víctimas siempre para esclavizar por medio de las herramientas que promueve: el hambre, la miseria, la ignorancia y el engaño.

Ante este contexto de cacicazgo, lo que seguía era que ese precio dejara de ser exclusivo para algunos pocos y que fuera así para todos. Lo que quería y he buscado desde entonces es que se les pague a los mazatecos para que la planta llegue a más lugares y encuentre su lugar en el mundo, en la ciencia o en la vida. Con ayuda llegaron nuevos intermediarios y clientes que también encontrarían un margen de ganancia económica, para un producto que antes era privativamente caro, al tiempo en que las montañas de la Salvia se volvían el centro de atención. Cuando se dio a conocer el precio que había que pagar a los campesinos fue más que alucinante para los intermediarios, ahora sí, su “mal viaje”.

Tristemente pasan los años y la pobreza junto con el rezago social nos dicen que no han habido esfuerzos suficientes, pues a pesar de que ya en el siglo XXI los campesinos tienen la oportunidad de vender sin tener que mediar con su “patrón”, todo ha sido insuficiente.

Con el paso del tiempo, la Salvia y el Salvinorin (su compuesto activo o la combinación de varios de la misma planta) aparecían por todas partes: en los “raves”, en Tepito, en muchos barrios de la Ciudad de México, en todo el país, incluso en muchos países. Todo un ente global y colectivo podría narrar su experiencia con la salvia. Surgieron varias presentaciones diferentes de la salvia aparte de las hojas, “Gritos”, “Brujitas”, “el 40X” (o más), “el Primal” (las “X” puras) o Salvinorin con distintos grados de pureza: verde, dorado, negro. Unos cristales difíciles de cuantificar que hacen parecer a otras drogas experiencias insignificantes por sus potentes e intensos efectos, que, a ciertas dosis alcanzan algunas formas de inconsciencia. Solo a quienes ha llegado saben que no es sencillo comunicarlo. Es una cosa muy rara hasta de encontrar. No tiene precedente o parámetro alguno.

El rastro de experiencias psicodélicas que fui recolectando con ayuda de otros químicos, especialmente uno clínico, es un abanico de vivencias de todo tipo en el que se cataloga hasta la interacción con otros tantos alucinógenos como la N,N-Dimetiltriptamina (DMT), y también algunos aspectos sociales y psicológicos en algunas poblaciones de diferentes lugares de la república como Jalisco, Ciudad de México, Oaxaca, Morelos, Michoacán, entre otros y con distintas variables de edad, nivel socioeconómico, experiencia previa con estupefacientes, patologías o condiciones previas, etc.

Muchas de las personas que tienen que ver con la planta desde su producción o hasta en el sentido espiritual, tienen características extravagantes, y en una opinión poco científica parecieran elegidos para conocerla o “tener tratos” con ella. Sin dar detalles puedo asegurar que en estos años también he visto personajes mas extraños y coloridos que yo, que juegan temporal o permanentemente roles importantes que tiene que ver con la Salvia.

Quienes encuentran algo en ella, se quedan, otros simplemente huyen o se van hasta corriendo, literalmente. Como dije, no existe un precedente claro o comparativo para sus efectos, tienen que ver con el individuo y con la molécula, las experiencias están plagadas de referencias personales que pueden ser religiosas o espirituales, y para algunos, pueden manifestarse en movimiento o preguntas y respuestas que se escuchan procedentes de áreas de la conciencia, y que, de alguna forma u otra, están ocultas o expuestas en la vida cotidiana.

Más allá de las visiones y alucinaciones auditivas, se encuentra el individuo a si mismo y esta experiencia puede ser grata o perturbadora, femenina o masculina, maternal o de abandono, de locura o de paz, como es la vida misma. Y aunque no parecen ser las características de una molécula en específico, si parecen ser las de un medicamento con potencial muchas veces mal empleado, ya que las dosis terapéuticas parecen ser menores y no necesariamente psicoactivas, además de tener otras muchas aplicaciones que son estudiadas por menos personas de las que deberían hacerlo.

La Salvia Divinorum merece una oportunidad que le fue negada al ser usada como una “droga de abuso”, ya que al mismo tiempo también se le negaron oportunidades al pueblo mazateco.

La Salvia divinorum merece una oportunidad que le fue negada al ser usada como una “droga de abuso”, ya que al mismo tiempo también se le negaron oportunidades al pueblo mazateco. Por ejemplo, en otros países se producen medicamentos importantes a partir de plantas que en este país son catalogadas como “drogas”, y, hasta existe un trasfondo semántico que tiene que ver con esto en nuestro idioma español de México.

A la salvia se le merece otorgarle el beneficio de la duda de la ciencia por su naturaleza misma, pues el desarrollo en la investigación seguirá siendo la opción mas viable en beneficio no solo de los productores, sino de la humanidad misma. Tanto promoverla como investigarla, será labor de otras generaciones que encontrarán que hace falta conocer mucho más de lo que se encuentra en sus efectos psicodélicos, ya que el hecho de que a esos mismos efectos no les encontremos otra utilidad o no los comprendamos ahora, no significa que será así en el futuro. El ser humano no tiene límites, hace falta alentarlo a seguir, mostrarle que existe más de lo que cree, hace falta “ponerle color”.

El futuro de la Salvia divinorum es incierto, algunos investigadores auguraban su prohibición cuando los contacté por primera vez para solicitarles que la estudiaran más a fondo. Lo cierto es que han pasado al menos quince años de eso, y la planta ha encontrado mas personas de a pie que científicos. Aunque puede que esta situación se invierta, de momento no es así y no beneficia directamente a quienes más lo necesitan que son los productores originarios de la planta.

Conoce más sobre Indigenous Reciprocity Initiative of the Americas.

Con el quiebre del mercado, los intermediarios perdieron a muchos clientes poco a poco, las generaciones más responsables parecen preferir perseguir una experiencia mas completa que muchas veces implica convivir en las comunidades mazatecas para no limitarse a los puros “gritos” que en definición son viajes tan fuertes que asustan a la mayoría de los usuarios. Experiencias personales o grupales en lugares paradisíacos, sin duda promueven la derrama económica en beneficio de esas necesidades urgentes que hay en las montañas, y cumplen la mayor parte de las veces con las expectativas de los viajeros. Siempre y cuando lleguen al lugar correcto.

Con el tiempo la necesidad de intervenir en el mercado de la Salvia divinorum se ha vuelto menor para mí, no me es indispensable tocarlo, cada día más personas saben que hay que ir a pagarles directamente y cuando sale algún personaje que pretende encarecer las hojas en beneficio propio, algún otro surge y oferta sin poder llegar mas abajo del precio que los campesinos reciben. En vista de que nadie iba a pagarles más directamente, la opción se eligió prácticamente sola, aun así, hay quien culpa especialmente a algunos del grupo de las “tres liebres” y a su servidor de haber quebrado el mercado, dejando el precio de la salvia en menos de trescientos pesos por kilo. Mucho gusto en caso de que esto represente afectar o eliminar alguna forma de sobreexplotación o abuso. En realidad, nadie movió el precio, solo se dio a conocer la cantidad que pagaban algunos explotadores y oportunistas que ya habían establecido su caminito. En pocas palabras, a los campesinos nadie les paga más (en gran parte porque nadie tuvo nunca esa intención… más que alguno que otro), pero tampoco se les paga menos, poco a poco han ido generando nuevas vías y clientes para comercializar su producto y sus servicios, además de otros productos de la región. Se les encuentra desde San Felipe, Jalapa de Díaz, hasta Huautla de Jiménez. Cuando el lector lo indique puedo llevarlo casi de la mano a conocer a las personas del pueblo mazateco siempre y cuando sea para ayudarles.

La misión de comercializar terminó para mí. La labor se ha vuelto social y científica. Como siempre, puede que yo termine poniendo dinero de mi bolsa para que pongas tus ojos más allá de la Salvia divinorum, y para mí, valdrá la pena.

Un saludo. El SR. Conejo Blanco

Portada de Karina Álvarez

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